Los niños con cáncer de Alicante no tienen atención a domicilio
Sanidad abre la unidad con siete años de retraso y sin médicos
Los niños con cáncer de Alicante siguen sin recibir atención hospitalaria en casa, a pesar de que hace seis años la Consejería de Sanidad anunció la creación de una unidad de hospitalización a domicilio. Finalmente, este servicio se abrió el pasado mes de octubre en el Hospital General de Alicante, aunque no está operativo. Debido a "cuestiones burocráticas" no se han cubierto las dos plazas de pediatras oncológicos, según ha confirmado el responsable de la Unidad de Oncología Pediátrica del Hospital General de Alicante, Carlos Esquembre. La ausencia de este servicio en Alicante supone un claro agravio para centenares de pequeños enfermos de cáncer en Alicante respecto a los de Valencia y Castellón, donde Sanidad sí ha habilitado unidades hospitalarias a domicilio. Las familias de los afectados censuran la "falta de sensibilidad y de comprensión" de un Consell, dicen, "sólo dedicado a grandes fastos".
Sergio Baudot, un padre afectado que ha hecho de la lucha por obtener unas prestaciones sanitarias óptimas su leitmotiv tras perder a su pequeño enfermo de cáncer entre sus brazos, es implacable con la gestión popular en materia sanitaria. "Ya tenemos un circuito de Fórmula 1. Pero no hay dinero para estos niños. Si ellos (en referencia a los dirigentes sanitarios) pasaran tan solo un día por el vía crucis que soportan estas familias, hace mucho tiempo que todo esto habría cambiado", remarca.
En 2002, Sanidad elaboró un Plan Oncológico para mejorar la calidad de vida de los niños afectados. Entre los recursos comprometidos figuraba la creación de una unidad hospitalaria a domicilio, que solo es realidad en Valencia y Castellón. Jesús María González, presidente de La Asociación de Padres de Niños Oncológicos (Aspanión), justifica así la necesidad del servicio: "Es un recurso doblemente eficaz; por un lado, garantiza comodidad a los pequeños y a sus familias; y por otro, supone un ahorro importante para la Administración".Dos pediatras especialistas en oncología y dos enfermeros es la corta, pero a la par suficiente, plantilla sanitaria que garantizaría, de manera óptima, asistir en sus hogares a los pequeños enfermos en Alicante. Según datos facilitados por el jefe de la Unidad de Oncología Pediátrica del Hospital General de Alicante, Carlos Esquembre, se diagnostican anualmente 35 casos de cáncer infantil en Alicante. Una cifra que, según las previsiones de crecimiento poblacional de esta provincia, alcanzará los 50 afectados nuevos en los próximos ejercicios. Aunque es complejo cifrar el número exacto de niños con esta patología (a los ya en tratamiento se suman los nuevos casos diagnosticados, así como los que recaen nuevamente), el volumen de pacientes comienza a desbordar al equipo de médicos del General de Alicante. Actualmente, la plantilla la configuran cuatro especialistas en oncología pediátrica, si bien uno de ellos con contrato basura. "La sobrecarga de trabajo es brutal", admite su responsable. Estos facultativos se encargan también de tratar los casos de hematología no oncológica (diferentes casos de anemia). "El trabajo no se acaba dentro del hospital. Aquí pones mucha parte emocional", relata Esquembre. "Cuando trabajas con algunos casos que eres consciente de que los vas a perder, realmente es muy duro. Son preocupaciones con las que aprendes a vivir".
Aspanión, a través de su presidente, y familiares de afectados anónimos consultados, no escatiman halagos hacia el personal médico. "En detrimento de su vida privada y gracias a su generosidad y humanidad siempre están disponibles", recalcan. No obstante, familiares censuran a la Administración que esta prestación sanitaria "salga adelante" por el voluntarismo del personal sanitario.
Los niños con estas patologías oncológicas requieren ciertos cuidados o tratamientos que pueden ser procurados en casa por sanitarios, sin necesidad de sacar a los pequeños de su entorno. Además, la enfermedad plantea muchas dudas a los padres. Solo en un año, la Unidad de Oncología Pediátrica del Hospital General de Alicante recibió 2.500 llamadas.
"No hay manera de borrar el recuerdo de la muerte de mi hijo mientras lo pinchaba", cuenta Sergio Baudot. Para él y los cientos de familias afectadas no es admisible que "haya 12 años de retraso de implantación de un servicio dentro de una misma comunidad".
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