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LA CALLE | Restaurantes
Columna
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Granja Elena

Una de las ventajas de ser pesimista es la alegría que te da vivir placeres inesperados cuando el día pinta una mierda. Eso es lo que me ha sucedido como comensal en Granja Elena, un local fundado en 1974, si no recuerdo mal, el año en el que Cruyff sudó la camiseta y la escuela AULA ejercía de prestigioso presidio infantil de niños pesimistas y no tan pesimistas. No sé si en Granja Elena vendieron alguna vez leche Ram o Rania en bolsas de plástico, o nata montada sobre tazones llenos de un chocolate negro como la mente de los verdugos de Puig Antich, pero 34 años más tarde de su fundación, el local regentado por Abel, Olga y Borja, ahora el jefe mayúsculo de los fogones, es un hervidero de gentes nerviosas por sentarse y comer uno de los platos de una carta de categoría.

Al entrar, el cliente tiene la sensación de estar en un local con estructura de granja a la antigua, pero los estantes llenos de cajas de buenos vinos -200 monjes, Melquior, Furyus, etcétera- denotan que la preocupación de Abel y compañía está en otros lugares alejados de prados llenos de lindas vaquitas pastando con las ubres cargadas de lácteo. Los buenos vinos elegidos por Abel son una magnífica premonición de la experiencia que el mortal va a experimentar como goloso al estilo del Conde de Sert. Sin pedirlo, me dieron a probar un platillo de arroz con colmenillas y foie, una experiencia sublime que casi me hace pedirle a Abel que me adopte como hijo putativo. Pero yo ya había elegido unas huevas de merluza aliñadas con berberechos frescos y un tartar de solomillo de buey a la mostaza, -me gusta más la carne cruda que a Lecter una carrillera humana-, y no me equivoqué en la elección. Además, el arroz queda pendiente para una segunda visita.

Lo dicho: aunque con 30 años de retraso, un gran descubrimiento para un pesimista. En Granja Elena hacen cocina de restaurante con estrella, y lo que es más llamativo, en un ambiente que destila un estupendo aroma de barrio.

- Lo más: foie-gras asado entero en papillote con berza trufada.

- Lo menos: A pesar de no ser económico, por sus dimensiones es indispensable reservar con bastante antelación.

- Dirección: Granja Elena. Paseo de la Zona Franca, 228. Tel.: 93 332 02 41.

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