Identificadas seis nuevas especies animales en las fosas atlánticas de la costa gallega

La fauna que mora en el abismo atlántico es extraña y sorprendente. Tanto, que según los biólogos marinos, es como un pozo sin fondo al que la ciencia apenas se ha asomado. Un grupo de científicos liderados por Victoriano Urgorri, director de la Estación de Bioloxía Mariña de A Graña, ha descubierto seis nuevas especies no clasificadas: cuatro moluscos y dos gusanos (poliquetos) en las profundidades abisales de la planicie atlántica que se extiende al oeste de la costa gallega.

Los resultados de la investigación DIVA Artabria I (2002-2003) se presentan estos días en Ferrol en la segunda edición de un congreso internacional en el que participan medio centenar de biólogos de 27 países distintos embarcados en un macroproyecto mundial para censar la bioversidad marina.

"Creemos que los fondos profundos de Galicia son tan ricos como los costeros" señala Urgorri, "ya que tienen unas condiciones oceánicas muy favorables para el desarrollo de la biodiversidad". Estas criaturas abisales no son enormes monstruos devoradores, sino más bien ejemplares pequeños con grandes bocas que no superan los 50 centímetros y que se alimentan de la lluvia orgánica: restos de heces y cadáveres. A esas profundidades -entre 4.000 y 6.000 metros- no hay luz.

En la investigación DIVA-Artabria I, que dirige la Universidad compostelana, participan las tres universidades gallegas y varios biólogos de otras latitudes que se organizan en grupos zoográficos. El grupo ártabro se embarcó durante un mes en el buque Mytilus para rastrear los abismos marinos de Galicia con muestreos a distintas profundidades. El biólogo ferrolano reconoce que "se sabe más del espacio que de los fondos profundos". La primera expedición de DIVA-Artabria sondeó los fondos a profundidades de entre 100 y 1.000 metros. En septiembre de este año, volverán a embarcarse en el Hespérides, el buque de investigación oceanográfica de la Armada, para rastrear el tramo siguiente, entre 1.000 y 2.000 metros, y regresarán en 2009 a bordo del nuevo buque Sarmiento de Gamboa.

Las estepas submarinas

Cuentan que bajo las aguas del océano, a 6.000 metros de profundidad se dibujan montañas, fosas y cordilleras. Por esas estepas submarinas campan a sus anchas millones de moluscos, crustáceos, poliquetos o briozoos con características singulares que les permiten sobrevivir en temperaturas extremas y a altas presiones. Encontrar, documentar y determinar el hábitat de las especies es el propósito de esta investigación mundial. "Se calcula de que de todo el fondo marino sólo se ha rastreado el equivalente a cinco kilómetros cuadrados, cuando la plataforma abisal es la mitad de la superficie de la tierra" destaca Pedro Martínez Arbizu, un valenciano que dirige el proyecto CeDaMar en el que se inscribe el programa DIVA. Explica que la investigación se gestó en 1999 con el propósito de embarcar a distintas instituciones científicas en un censo común de la fauna abisal. "Se han descubierto un millar de especies nuevas y se han descrito formalmente unas 250", asegura Arbizu.

Los primeros resultados de DIVA en la cuenca abisal de Angola se presentaron en la ciudad germana de Wilhelmshaven en 2003. Hasta el viernes se celebra en Ferrol la segunda reunión de trabajo del grupo DIVA, que opera en las planicies del Atlántico, con el patrocinio del Ministerio de Educación y la Estación Mariña de A Graña.