Casa, trabajo y beca por mudarse

La brasileña María Aparecida y su marido madrugaron ayer para recorrer 219 kilómetros en taxi, desde Antequera (Málaga) hasta Alcóntar (Almería), y otros tantos kilómetros de regreso. Pagaron la tremenda carrera para poder acceder a la insólita oferta del Ayuntamiento de Alcóntar, que ofrecía casa, trabajo y una beca de 3.000 euros a las familias que el próximo curso matriculen a su hijo en primero o segundo de ESO en el colegio del pueblo.

La generosa promesa surgió tras comprobar el consistorio que el ciclo de ESO local desaparecería al contar con sólo una alumna, cuando el mínimo estipulado por la Junta son cinco niños. "Sólo tratamos de salvar nuestro futuro. Ninguna familia querría instalarse en el pueblo si sus hijos hacen a diario 40 kilómetros en autobús con sólo diez años, para cada tarde regresar destrozados", alegaba el alcalde, Antonio Ramón Salas (PP).

El consistorio concederá 3.000 euros por cada niño matriculado en ESO

El ciclo escolar habría desaparecido al contar con una sola alumna

"El cupo" de cinco alumnos se completó ayer tras acudir a la llamada dos parejas españolas, una ecuatoriana y otra argentina, junto al matrimonio brasileño, que desde el próximo septiembre se instalarán en este pueblo de 800 habitantes. Varios empresarios se han comprometido con el alcalde para contratar a los nuevos vecinos que llegarán en septiembre y que se ubicarán en la pedanía de El Hijate. El propio regidor, empresario con más de 80 trabajadores, empleará a varios de ellos. La población crece, por eso el regidor apunta que es "un problema coyuntural", ya que en tres años habrá una decena de alumnos que cursen ESO en el pueblo. Sin embargo, no fue sencillo que la iniciativa cuajara. Hace dos semanas, el consistorio subió la oferta a su página web, pero los escasos interesados desecharon la idea hasta que la beca por alumno subió desde 1.200 hasta 3.000 euros. El triple compromiso de casa, trabajo y beca tendrá una duración mínima de un año. "El presupuesto para tapar los baches de las calles se lo ha comido este año educación. He pasado una pesadilla desde que me enteré que querían cerrarnos el segundo ciclo. Hoy ya estoy a gusto", afirmaba el alcalde.

Salas ya tiene en proyecto la construcción de veinte viviendas en su pueblo a precios muy asequibles y para las que tendrán preferencia familias numerosas. "Serán viviendas de muy buena calidad para las que tengo a 90 personas en lista de espera. Y saldrán a un precio muy razonable para que esto no vuelva a pasar nunca más", señalaba orgulloso.

El delegado de Educación, Francisco Maldonado, confirmó ayer el mantenimiento del ciclo en el colegio si cuentan con los cinco alumnos matriculados. "Mantenemos el compromiso", aseguró. En el colegio, el maestro Juan Manuel Hidalgo, se mantenía expectante: "Me parece perfecto que los padres luchen para que el ciclo no se pierda, pero de momento no sabemos si seguiremos aquí porque eso corresponde a la administración".

Poco antes, el ecuatoriano Carlos Ramírez había atravesado las calles que llevaban al colegio. Sus cuatro hijos rompían alegres el pesado silencio del mediodía. Ramírez y su mujer realizaron la preinscripción de sus cuatro hijos en el centro, tras visitar con ellos la casa que ocuparán tras el verano. "Mmm... pues no me hace gracia cambiar mis amigos en unos meses", confesaba Kenia, cuyos 12 años motivarán la mudanza familiar.

El argentino Daniel Esteban Almada también madrugó para coger un autobús desde Huércal Overa, pero llegó "diez minutos tarde". Después de que se le cayera el alma a los pies, explicó su dramática situación al alcalde, y éste decidió acoger a su familia. "Encontrar quien se preocupe y me abra sus puertas sin conocerme, pues me parece buenísimo", explicaba.

La situación generada en Alcóntar con tanta dádiva parecía ayer un argumento del mordaz Rafael Azcona vuelto del revés. Por la tarde, el alcalde seguía recibiendo llamadas. "Bueno, pues ¿cuántos hijos tiene usted?... Es que verá... el cupo de momento ya está cubierto, aunque..."