Un congreso ensalza el teatro como difusor del espíritu liberal de 1812
La Universidad de Cádiz organiza un congreso sobre emblemas de la libertad
En el siglo XIX, los estados de opinión se creaban a través del teatro. Los escenarios se convirtieron así en principal vehículo de propaganda para difundir los valores liberales que recogía la Constitución de 1812, la que se proclamó en Cádiz hace 196 años y que ahora es objeto de debate en un congreso organizado por la Universidad gaditana en las vísperas de un bicentenario que está moviendo a todas las administraciones.
El congreso, bajo el título 1808-1812: Los emblemas de la libertad, arrancó con un análisis del teatro patriótico a cargo de la profesora Antonia Calderone, de la Universidad de Messina (Italia). "Eran piezas que se transformaban en un claro instrumento de propaganda con un progresivo aumento del espesor ideológico y adoctrinador según van avanzado los años", explicó. Utilizaba los géneros heroico-militar y la comedia burguesa. "Se solían teatralizar los momentos más significativos y favorables para España en la lucha contra los franceses", recordó. En aquellas obras las ideas de la libertad iba unida a la de la independencia frente al opresor.
Según Calderone, la Constitución de 1812 dio al teatro una intencionalidad más política que histórica. "El lenguaje incluía citas textuales de manifestaciones públicas, de los debates en las Cortes, del texto constitucional y decretos", detalló. De esta forma el concepto de libertad logró extenderse al pueblo entero, ya que entonces el teatro atraía un público heterogéneo. "El escenario se transforma, a menudo, en una palestra de debate y enfrentamiento entre liberales y serviles, donde la noción de libertad es un tema privilegiado".
El congreso avanzará hasta el viernes y analizará otros medios con los que el espíritu liberal logró salir de San Fernando y Cádiz e instalarse en toda España. "No era una sociedad muy letrada, era más bien analfabeta y hubo que buscar métodos didácticos para enseñarles la Constitución", relata el coordinador didáctico del encuentro, Alberto Ramos. Entre las medidas, destaca una especia de tablas de Moisés que sirvieron para resumir los artículos más importantes de la nueva Carta magna. "Se inventaron símbolos y emblemas que representaban el texto e hicieron más fácil su asimilación", añadió.
Al congreso acuden expertos de Cuba, Italia, Argentina, Ecuador o Reino Unido. Entre las ponencias, hay reflexiones sobre los mitos de la guerra de la Independencia, el vocabulario político de la época, los ritos de la representación del poder o también el uso de la escatología como medio de enfrentarse al contrario. Lo narrará hoy en su ponencia el profesor Carlos Reyero, de la Universidad Autónoma de Madrid, quien tiene previsto explicar que, desde la Revolución Francesa, la caricatura escatológica se intensificó claramente. Estampas de hombres defecando, vomitando, expulsando ventosidades o enseñando el trasero buscaban desarmar ideológicamente al contrario. Reyero ofrecerá más detalles en una conferencia en la Facultad de Filosofía y Letras que ha denominado: El poder es una mierda, la mierda es un poder. El combate escatológico por la libertad.
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