Dos heridos al retener dos presos con cuchillas a un funcionario en Picassent
El centro penitenciario de Picassent sigue acumulando incidentes graves. El domingo por la tarde, dos internos del módulo de preventivos retuvieron durante media hora a un funcionario, al que amenazaron con cortarle el cuello con unas cuchillas. Los presos liberaron al trabajador voluntariamente después de que interviniera el jefe del servicio, según informó un portavoz de Instituciones Penitenciarias. Dos funcionarios fueron agredidos durante el altercado: uno de ellos terminó con hematomas en la cadera y en la pierna; el otro, que recibió un fuerte puñetazo en la boca, causó baja ayer para ser sometido a pruebas hospitalarias.
El suceso avivó las críticas del sindicato Acaip (Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias) hacia la dirección de la prisión y de Instituciones Penitenciarias, a las que consideran responsables de la escalada de agresiones a funcionarios (ha habido tres en los últimos cuatro meses) por no haber reaccionado con suficiente energía ante la primera retención de trabajadores: el secuestro de tres funcionarios durante 12 horas a manos de cuatro reclusos que ocurrió a finales de noviembre, en el que dos de los empleados resultaron heridos leves. "Aquello no se gestionó bien, no se tomaron medidas lo bastante severas y los internos han visto que secuestrar a funcionarios les sale gratis", declaró un portavoz de Acaip.
El sindicato consideró sintomático que los internos no plantearan ninguna demanda durante su acción del domingo. Ni Acaip ni Instituciones Penitenciarias aventuraron las causas que pudieron originar el conflicto. Sí señalaron que el incidente empezó cuando los presos del módulo 28, en el que se encontraban recluidos 11 internos "conflictivos" custodiados por cinco funcionarios, subían del patio hacia las celdas. La Dirección General de Instituciones Penitenciarias inició ayer los trámites para trasladar a otro presidio a los dos agresores."Por desgracia, este no va a ser el último intento de secuestro", afirmaba ayer un portavoz del sindicato de prisiones en Valencia, "los internos se han dado cuenta de que sus acciones no tienen consecuencia alguna". Acaip vincula el secuestro del día 27 de noviembre, la forma en que se manejó y las medidas adoptadas una vez resuelto, con las dos retenciones de funcionarios registradas desde entonces. "Llevábamos tres años y medio sin tener ningún incidente de este tipo, y en cuatro meses hemos tenido tres".
Tenga o no relación lo ocurrido el 27 de noviembre con los incidentes registrados desde entonces, lo cierto es que para encontrar el anterior intento de secuestro de un funcionario en Picassent en los archivos de este diario hay que remontarse a 2004. El 11 de agosto de aquel año un recluso que salía del dispensario mantuvo retenido al guardia que lo acompañaba con un bolígrafo al que había adherido una cuchilla de afeitar. El preso fue reducido por los compañeros del funcionario que sufrió, sin embargo, cortes en la base del cuello, en la espalda y en la oreja.
Que no haya habido tentativas de secuestro no significa que no haya habido altercados serios. En julio del año pasado, otro interno hirió levemente a los cuatro trabajadores que intentaban reducirlo después de que prendiera fuego a la papelera de la celda. El preso utilizó también un arma de fabricación casera: un cepillo de dientes afilado al que había incorporado una hoja de afeitar.
Petición de dimisiones
El sindicato volvió a reclamar ayer la dimisión de Mercedes Gallizo, directora general de Instituciones Penitenciarias, y de José García, director del establecimiento penitenciario de Picassent. A finales de enero, un grupo de afiliados a Acaip y a los sindicatos Apfp y USO protagonizaron una protesta por la falta de medidas de seguridad en la cárcel que incluyó un encierro de siete horas en el despacho de García.
Acaip afirmó en un comunicado que los funcionarios del módulo 28 habían redactado en las últimas semanas varios informes advirtiendo de la "evolución negativa en el comportamiento" de uno de los dos agresores del domingo. Y consideraron "nefasto" el cambio en el régimen carcelario introducido por la Dirección General de Instituciones Penitenciarias "que ha endurecido notablemente los requisitos para considerar a un interno peligroso".
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