Policías a la greña entre pollos 'a l'ast'
Un 'mosso' agredió a un agente del CNP que inspeccionó la tienda de su madre
Can Chari se pone a reventar los domingos a mediodía. Una legión de ciudadanos con pocas ganas de cocinar se acerca a este establecimiento leridano para comprar sus pollos a l'ast y sus canelones. El pasado 9 de marzo, día de elecciones, hubo algo más que largas colas y comidas para llevar. Una inspección de trabajo realizada por tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) acabó como el rosario de la aurora cuando un agente de los Mossos d'Esquadra, que se encontraba fuera de servicio, acudió al local alertado por su madre y acabó agrediendo a uno de los policías.
"Yo estaba en la cocina, porque esto estaba terrible de gente. Se me acercó un hombre, me enseñó la placa y, de muy malas maneras, me pidió el permiso de residencia", dijo ayer, mientras fregaba los suelos de Can Chari, la mujer sospechosa de encontrarse en situación irregular. "Les dije que no llevaba los papeles encima, pero que debían hablar con la señora", añadió la mujer, una ecuatoriana que prefirió no decir su nombre.
El 'mosso' y el policía se cruzan denuncias en el juzgado por lesiones
La señora en cuestión es la dueña de la pollería que, enferma, dejó ese día el bastón de mando a su hermana. Ésta vio que su empleada se encontraba en apuros y salió en su defensa. Dijo a los agentes que no podían realizar la inspección y les advirtió de que llamaría a su hijo, "que es mosso d'esquadra", dijo, según un portavoz del CNP.
El joven acudió a los pocos minutos en auxilio de su madre, que tenía el local hasta arriba de clientes. Lo hizo, como es lógico, sin su uniforme de funcionario público y actuó "a título personal", subrayó un portavoz de la policía autonómica. Pidió explicaciones por lo que estaba sucediendo. A partir de aquí, las versiones de lo ocurrido varían. Según el CNP, los tres agentes se identificaron como policías. Según los Mossos, sólo lo hizo uno de ellos. El caso es que el joven no dio credibilidad a la inspección y pidió a la comisaría de Lleida que enviara dos patrullas al local, situado en la calle de Venus.
No fue la diosa del amor, sino el de la guerra, Marte, el que se apareció a las puertas de Can Chari. Los agentes mantuvieron una acalorada discusión, hasta que llegaron a las manos. La policía autonómica admite que su agente propinó "un empujón" a uno de los policías. El CNP eleva la gravedad de la trifulca: afirma que el mosso propinó un puñetazo que tiró al suelo a su compañero, que éste recibió asistencia médica por contusión cervical y que pasó unos días con un engorroso collarín.
Dos patrullas con el logotipo de los Mossos d'Esquadra llegaron a la pollería y pusieron paz en aquella disputa entre cuatro policías. Aunque, curiosamente, ninguno de ellos llevababa el uniforme en ese momento.
El incidente, llamativo pero de escasa gravedad, ha llegado a los juzgados. El CNP ha interpuesto una denuncia al mosso por la agresión. Del mismo modo, el policía autonómico ha denunciado a los agentes "por una falta de lesiones" ya que, según consta en su escrito, también él recibió un pequeño golpe de alguno de los tres agentes. La Dirección General de Policía ha abierto una información reservada para aclarar la actuación del mosso. La mujer ecuatoriana, por cierto, tiene todos los papeles en regla.
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