Sanidad pagará por tardar nueve años en curar un dolor de testículos

La Consejería de Sanidad tendrá que indemnizar a un paciente del hospital Severo Ochoa de Leganés, José Manuel G. G., de 31 años, con 60.000 euros, según una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM). Este enfermo sufrió dolores testiculares durante nueve años y al final tuvo que acudir a un médico privado, que solucionó el problema con una sencilla intervención quirúrgica.

El enfermo y la Asociación El Defensor del Paciente demandaron al Gobierno regional, al entender que existía un claro error de diagnóstico y tratamiento. Ahora, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJM les ha dado la razón.

José Manuel fue intervenido el 11 de noviembre de 1994 por un problema inguinal. A partir de ese momento, sufrió fuertes dolores testiculares. Según queda demostrado en la sentencia, fue explorado por tres urólogos distintos del hospital leganense.

Ninguno halló problemas destacados que le produjeran los dolores al paciente, por lo que le remitieron a la Unidad del Dolor. El tratamiento puesto por los especialistas de este departamento no supuso mejoría al paciente, que vio mermadas sus capacidades laborales y sexuales.

Especialista privado

El paciente decidió entonces acudir a un urólogo privado, que le intervino quirúrgicamente. Los dolores remitieron de inmediato tras el posoperatorio. Según este especialista, José Manuel sufría "un problema de ascenso testicular y compresión posicional del testículo ascendido", según la sentencia.

El fallo, del que ha sido ponente la magistrada Ángeles Huet de Sande, reconoce que en el hospital Severo Ochoa "no se acertó con el diagnóstico ni con el tratamiento de la patología que aquejaba al recurrente". "Este desacierto en la atención sanitaria recibida en dicho hospital ha sido el causante de los daños por los que se reclama", añaden los jueces.

La Comunidad de Madrid intentó evitar el pago del urólogo privado, pero los jueces entienden que en ningún momento se le ofreció al paciente acudir a otros centros hospitalarios. Además, aguantó durante nueve años, por lo que corresponde a la administración sufragar estos gastos. Según los jueces, el sufrimiento del paciente se vio agravado por su juventud (tenía 22 años) y por las continuas bajas que tuvo esos nueve años.