Última batalla de una larga guerra

No fue casualidad ayer que los medios de comunicación vieran el agujero abierto en las vías del metro antes que los técnicos del Ministerio de Fomento. La Consejería de Transportes dio prioridad a que Manuel Lamela, su titular, se hiciera la foto sobre el agujero aparecido entre los raíles de la línea 2 en Sol, bajo la cual Fomento construye una estación de cercanías. Sólo después permitió el acceso a los técnicos del ministerio.

Aunque Metro de Madrid anunció a las 11.00 el corte de la línea 2 por el supuesto socavón, hasta pasadas las 15.15 no pudieron acceder al lugar el director de la obra de la estación de Sol, Javier Gallego, y tres técnicos de Fomento. El incidente se había descubierto a las cuatro de la madrugada, casi 12 horas antes.

"Nos tenían que haber avisado de inmediato", se quejan en el ministerio

Pero Lamela reclamaba ayer "colaboración" del ministerio (que construye una macroestación de Cercanías en Sol) y se quejaba amargamente ante decenas de periodistas de que Fomento no les hubiera comunicado "la incidencia". "No espero nada de la ministra [Magdalena Álvarez, titular de Fomento]", aseguró después.

El ministerio no pudo comunicarle antes lo ocurrido con sus obras, porque la consejería manejó la información todo el tiempo. Los técnicos de mantenimiento que hallaron el agujero no avisaron a FCC (la empresa encargada de la macroestación y que los había contratado para cambiar el balasto de las vías), sino a Metro, para la que trabajan habitualmente.

El director general de Ferrocarriles del ministerio, Luis de Santiago, aclaró el culebrón. FCC había contratado para limpiar el balasto a COMSA, empresa que hace el mantenimiento de la línea 2, a la que eligió precisamente por su experiencia. "Estaban allí ¿para qué íbamos a llamar a otra empresa?", se preguntaba ayer Avelino Acero, responsable de la obra por parte de FCC. "Nos hemos enterado al mismo tiempo que el ministerio", dijo. "Es lógico que llamaran a Metro, porque se trata de una brigada con un capataz y llamaron a los que conocen", admitió De Santiago. "Pero Metro tenía que habernos avisado inmediatamente y no esperar".

El cruce de acusaciones y ruedas de prensa de Transportes y Fomento reedita la mala sintonía de ambas administraciones desde que Rodríguez Zapatero llegó al Gobierno central en 2004. Desde entonces, ha habido desencuentros a costa de las obras de Sol, en el cierre de la M-50, las radiales, la ampliación del Cercanías, y hasta las obras del metro al aeropuerto de Barajas, que Aguirre trató de que sufragara Fomento, pese a que éste no ha hecho jamás una sola línea de suburbano. Uno de los momentos más álgidos del enfrentamiento fue en plena campaña de las pasadas elecciones autonómicas y municipales, cuando un día antes de que Esperanza Aguirre inaugurara la estación del suburbano en la T-4, la ministra de Fomento convocó a los medios en la estación y aseguró que la presidenta regional sólo podía inaugurarla "colgada de la catenaria", lo único que había sufragado.