Incidentes de un proyecto que ya dura casi cinco años
En la medianoche del 24 de noviembre de 2003 las máquinas se adentraron bajo la glorieta de Carlos V para iniciar el segundo túnel de la risa que unirá las estaciones de Atocha con Chamartín con paradas en Nuevos Ministerios y en la Puerta del Sol. Entonces, el Ministerio de Fomento anunció que las obras durarían hasta mayo de 2006. Cinco años más tarde y con dos de retraso, el proyecto ha sufrido varios reveses en forma de accidentes y retrasos.
Un año después de iniciarse las obras, a principios de 2005, la tuneladora causó un socavón de 10 metros en la calle de Fuencarral. En marzo de 2006, una excavadora se adentró en la línea 6 del metro, que tuvo que ser cortada durante varias horas. El año pasado los paneles de información y señalización de las estaciones de Sevilla y Sol sufrieron serios daños al inyectarles el mortero. Hace apenas dos meses, una de las excavadoras abrió un boquete en la estación de metro que pasa justo por debajo, en la línea 1. Los cascotes cayeron en uno de los andenes por donde circulan los pasajeros del suburbano. Además, los trabajos de la megaestación en Sol provocaron el pasado noviembre, durante la construcción del vestíbulo, fisuras en 30 casas de la zona.
No son los únicos incidentes ocurridos durante las labores de edificación de esta infraestructura. Filtraciones de agua al romper tuberías y accidentes laborales han convertido este proyecto en el cuento de nunca acabar para los madrileños.
Las obras de la megaestación, que se realizan bajo las líneas del metro que cruzan Sol, estuvieron paradas durante seis meses al hallarse en el mismo lugar los restos de la iglesia del Buen Suceso, del siglo XV. Fomento se ha quejado en varias ocasiones del exceso de celo en la conservación de los restos por parte de la Comunidad. Ésta ha acusado al ministerio de escudarse en esta incidencia para justificar un retraso de dos años.
La ministra de Fomento en funciones, Magdalena Álvarez, aseguró hace cuatro meses que el subterráneo entre Atocha y Chamartín, el segundo túnel de la risa, estará acabado el próximo verano. Fechó la entrada en funcionamiento de la estación de Sol a mediados de 2009.
La nueva infraestructura discurre paralela al túnel de la risa original, conocido así porque cuando en el año 1932 el ministro de Obras Públicas, Indalecio Prieto, planeó su construcción, la idea provocó la incredulidad de los madrileños, que calificaron como un "espectáculo de feria" el subterráneo que une Atocha y Chamartín bajo la Castellana. Y en esto parece haberse convertido su segunda versión, con parada en la Puerta del Sol.
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