El Dalai Lama llama a la calma a los tibetanos
El líder budista amenaza con dimitir como jefe del Gobierno en el exilio
El primer ministro chino, Wen Jiabao, reaccionó ayer con extrema dureza y acusó al Dalai Lama de estar detrás de los graves disturbios que se produjeron el viernes pasado en Tíbet, y de querer sabotear los Juegos Olímpicos de agosto. La revuelta causó 16 muertos, según Pekín, y al menos 80, según el Gobierno tibetano en el exilio. Pocas horas después, el líder espiritual budista pidió calma, rechazó el uso de la violencia y dijo que si la situación empeora dimitirá como responsable del Ejecutivo tibetano en el exilio.
"Tenemos un puñado de evidencias que prueban que estos incidentes fueron organizados, premeditados, pensados e iniciados por la camarilla del Dalai Lama", dijo Wen, quien calificó en varias ocasiones al premio Nobel de la Paz (1989) de mentiroso e hipócrita. La acritud de las palabras de Wen Jiabao, un hombre tranquilo y habitualmente sonriente, revela hasta qué punto está preocupado por el efecto que la crisis puede tener sobre la imagen de China de cara a los Juegos y sobre otras regiones del país.
Wen Jiabao afirma que el Dalai Lama es un mentiroso y le culpa de la protesta
"Quieren sabotear los Juegos. Pero todo el mundo debe respetar la Carta Olímpica, y no politizarlos", dijo Wen ante cientos de periodistas en el Gran Palacio del Pueblo, con ocasión de la clausura de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional. A su lado, escuchaban sin mover un músculo del rostro los cuatro vice primeros ministros, incluido el número uno del cuarteto, Li Keqiang, quien se espera que suceda a Wen Jiabao en cinco años.
El Dalai Lama, que ha afirmado que Pekín está llevando a cabo un "genocidio cultural", pidió el domingo pasado una investigación de lo ocurrido en la revuelta, pero Qin Gang, portavoz de Exteriores chino, replicó ayer que lo que la comunidad internacional debería investigar es "qué papel jugó él en este serio incidente de violencia criminal".
Wen Jiabao aseguró que los disturbios demuestran que las continuas afirmaciones del dirigente tibetano de que no persigue la independencia "no son más que mentiras". "No sólo hay que escuchar lo que dice, sino ver lo que hace", dijo. El Dalai Lama, que huyó a India en 1959 tras un fracasado levantamiento popular contra el Ejército chino, dice que no persigue la escisión, sino una autonomía real.
El líder budista reclamó desde Dharamsala el fin de los enfrentamientos. "No empleéis la violencia. Incluso si 1.000 tibetanos sacrifican sus vidas, no ayudará. Si la situación escapa al control, entonces la única opción será dimitir", dijo, informa Reuters. Su portavoz Thubten Samphel aseguró que 19 personas habían muerto ayer por disparos de las tropas chinas en nuevas protestas en la provincia de Gansu. Tíbet continuaba ayer sellado. A medianoche, finalizó el plazo dado por las autoridades para que se entreguen quienes participaron en las protestas. Fuentes chinas dijeron que, durante la jornada, un centenar de manifestantes se entregó a la policía.
Los incidentes en Tíbet y Taiwan protagonizaron la rueda de prensa anual de Wen Jiabao, en la que los periodistas chinos preguntaban sobre desarrollo y economía y los extranjeros, sobre la región del Himalaya, Taiwan y la represión sobre los disidentes. Ayer comenzó en Pekín el juicio de Hu Jia, un prominente activista, defensor de los derechos humanos, que ha sido acusado de querer "subvertir el poder del Estado" por haber publicado en Internet artículos críticos con el Gobierno. Wen Jiabao se limitó a decir que será tratado "según la ley".Respecto a Taiwan, que ha convocado un referéndum al mismo tiempo que las elecciones presidenciales del sábado, en el que se preguntará a los votantes si la isla debe pedir la entrada en la ONU bajo el nombre de Taiwan, Wen Jiabao advirtió que, si el resultado de la consulta es positivo, se producirá una escalada de tensión en la zona. Pekín considera el referéndum un paso separatista. Ma Ying-jeou, candidato de la oposición nacionalista, dijo que si la crisis en Tíbet empeora y es elegido presidente de Taiwan, considerará la posibilidad de boicotear los Juegos.
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