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Tribuna:COYUNTURA INTERNACIONAL
Tribuna
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Flexibilidad

No pasa una semana sin que la confianza en el sistema financiero deje de deteriorarse, elevando la percepción de riesgo sistémico a niveles pocas veces vistos. En esta ocasión, hemos asistido a un rescate de emergencia del banco de inversión estadounidense Bear Stearns. El rescate, temporal en su diseño, 28 días y destinado a evitar que la actual iliquidez de Bear Stearns evolucione en insolvencia, quizás acabe en la venta del banco, ya sea total o parcial.

La medida puede considerarse excepcional: Bear Stearns, al no ser entidad de depósito y, por tanto, no estar bajo la jurisdicción de la Fed, no tiene acceso a la ventanilla de descuento. La inyección de fondos a esta entidad se producirá vía indirecta: JP Morgan concederá una línea de financiación colateralizada a Bear Stearns, siendo aquél quien acuda a la ventanilla de descuento de la Fed a captar fondos. Indirectamente, la Fed está rescatando una entidad sobre la que no tiene jurisdicción.

La Reserva Federal de Estados Unidos parece dispuesta a potenciar sus armas para evitar un colapso del sistema financiero

La Fed no podía hacer otra cosa sino salvar a Bear Stearns. No es un paso ortodoxo el que acaba de dar la Reserva Federal, pero sí necesario para salvaguardar la estabilidad del sistema financiero. Tampoco ha sido ortodoxo el anuncio, a principios de esta misma semana, del establecimiento de canjes de colaterales deuda del Tesoro por títulos con respaldo hipotecario entre entidades financieras y la Fed, a fin de permitir mejorar el acceso a la liquidez de aquéllas.

Tras los problemas de liquidez de Bear Stearns compartidos por más entidades, aunque en menor medida no subyace ausencia de colateral, sino la incapacidad de cederlo a terceros en un entorno de máxima desconfianza hacia su calidad especialmente, en títulos con respaldo hipotecario. Esta desconfianza acrecienta las dudas sobre los balances bancarios y, en definitiva, sobre su percepción de solvencia ante terceros.

La espiral de revaluaciones a la baja del precio de los activos y deterioro de la percepción de la solvencia del sistema en que nos encontramos inmersos es difícil de romper. Hay riesgos de que el episodio de Bear Stearns pueda reproducirse en el futuro. La Fed parece dispuesta a potenciar sus armas para evitar un colapso del sistema financiero. Otras medidas son necesarias, y posiblemente nada ortodoxas (como lo fueron en otras crisis de intensidad similar). La flexibilidad y la ruptura de tabúes se impone.

José Manuel Amor Alameda y Luis Francisco Ruiz Noguero son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (AFI).

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