"La Zona Franca está en beneficios porque ya no damos ayudas ilegales"

Francisco López Peña (Lugo, 1952) es un veterano economista y auditor del Ministerio de Economía y Hacienda. Un gestor, como le gusta autocalificarse, aun a pesar de que en su currículum se anota el ser uno de los fundadores del PSOE en Galicia y el único que participó en el histórico congreso de Suresnes. "No soy un político ni he estado nunca en un cargo público", afirma. López Peña acaba de cumplir 11 años al frente del Consorcio de la Zona Franca de Vigo, en dos etapas: entre 1989-96 y desde 2004 hasta hoy. Cuando volvió al despacho de Vigo, en junio de 2004, no se creía lo que había sucedido en los ocho años anteriores de gestión del PP. La Zona Franca había entrado en pérdidas estructurales y los proyectos que tuvo que abandonar en 1996 seguían pendientes. "Ahora el Consorcio vuelve a dar beneficios porque aquí ya no se hacen inversiones ni se dan subvenciones ilegales", asegura el economista lucense.

El Consorcio invertirá 349 millones de euros en el área de Vigo

"Esto no debe depender de la Xunta ni del Ayuntamiento"

La Ciudad del Mar y nuevos polígonos industriales son los mayores proyectos

Con una cartera de inversiones de 349 millones de euros, la Zona Franca de Vigo opera como un ayuntamiento paralelo. Obtiene el dinero del impuesto de sociedades de Citroën y GKN Driveline, lo dedica a construir polígonos industriales y con la venta de parcelas obtiene el retorno suficiente para volver a reinvertir el dinero. Ése es su poder, mover sus recursos y escoger en qué los invierte (carreteras, centros comerciales, aparcamientos, capital riesgo, estudios empresariales o polígonos industriales).

Pregunta. ¿Ya no pierde dinero la Zona Franca?

Respuesta. No, en cuatro años le hemos dado la vuelta a la situación. En 2007 el beneficio fue de 840.000 euros y en 2008 la previsión es mejor. El Consorcio entró en pérdidas en 2002 (-4,5 millones de euros) y hasta 2006 perdió más de 27 millones de euros.

P. ¿Qué hizo para evitar la quiebra?

R. Hemos evitado las malas prácticas que se habían instalado aquí durante la gestión del PP, como las inversiones ilegales para otras administraciones públicas, las subvenciones ilegales o vender terrenos por debajo del precio de coste. Estamos siendo muy austeros con los gastos y eso incluye el recorte que hicimos del 30% en los gastos de personal del Consorcio. Y hemos evitado las inversiones sin retorno.

P. ¿Volverá a haber problemas financieros?

R. En lo sucesivo la situación está saneada. Eso es lo que nos permite, a partir de ahora, volver a aumentar nuestra inversión pública, tener beneficios en todas nuestras actuaciones y reinvertir esos beneficios en nuevas infraestructuras con retornos.

P. En la época del PP, ¿esto funcionaba como una pequeña Diputación?

R. ¡Claro, pero es que no lo es! Esto es un organismo público dependiente del Ministerio de Economía y que no tiene fondos garantizados, tiene que autogenerarlos. Lo más extraño es que la actuación del PP aquí se produjo tras la aprobación de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que fue cuando nos aumentaron el déficit... Un disparate.

P. ¿En qué está invirtiendo los 349 millones de euros de los que dispone?

R. No es un disponible, es dinero que generaremos mientras hacemos otras cosas. Los principales proyectos son de suelo industrial: la ampliación del polígono de Balaídos (Citroën), la construcción del polígono de Matamá, la construcción del polígono de Salvaterra, del de Nigrán. Tenemos en estudio la construcción de un polígono en Pazos de Borbén.

P. ¿No harán inversiones sin retorno de beneficios?

R. Sí, pero gracias a los retornos de las otras. Tenemos una serie de infraestructuras que estamos discutiendo con el Ayuntamiento de Vigo y con la Xunta, que haremos si tenemos beneficios.

P. ¿Cuáles?

R. El proyecto más importante es la Ciudad del Mar y todo lo relacionado con ella.

P. ¿Sus beneficios dependen mucho de los impuestos de Citroën?

R. La Zona Franca recauda una parte del impuesto de sociedades de Citroën, pero eso no ha sido así en los últimos años porque esa empresa no tuvo beneficios hasta 2007. Pero la Zona Franca no debe depender de los beneficios de Citroën ni hacer sus presupuestos contando con eso. Nuestro plan financiero es el que he explicado, invertir con retornos. Los beneficios de Citroën, cuando los haya, mejorarán nuestro margen de maniobra para capitalizarnos o construir infraestructuras a fondo perdido. Si no pudiésemos vender polígonos industriales no podríamos hacer autovías.

P. ¿Cuáles son los límites de la Zona Franca?

R. El ámbito de influencia de Vigo, pero eso no está dibujado en un mapa y puede cambiar con el tiempo. Ahora estamos invirtiendo en Salvaterra ("puerto seco" de Vigo), que está a 30 kilómetros de la ciudad. Y en el futuro el área de influencia de Vigo puede ampliarse.

P. ¿Qué diferencia hay entre que la Zona Franca la gestione el PP o el PSOE?

R. No debería haber ninguna diferencia. Lo que cambia es la gestión de uno u otro delegado del Estado. Éste es un puesto para un gestor y el día a día no está para hacer política, porque si te dedicas a eso harás una mala gestión. Ésa es la gran virtud de la Zona Franca, que puede gestionar inversión pública a medio plazo, sin la inmediatez de la política local.

P. ¿Va usted a seguir siendo el responsable de la Zona Franca tras las elecciones?

R. Je, ahora no es el momento de hablar de eso. Lo único que puedo decir es que siempre he tenido vocación de gestor público y que siempre me he encontrado muy a gusto aquí. Lo que sí puedo decirle es que soy un gestor y que no tengo ninguna intención de dedicarme a la actividad política.

P. ¿Tiene buena relación con el alcalde de Vigo?

R. Sí. Yo ya he coincidido con cinco alcaldes [Manuel Soto, Carlos Príncipe, Manuel Pérez, Corina Porro y Abel Caballero] y siempre he mantenido buena relación con ellos. El presidente de la Zona Franca es el alcalde de Vigo y el Consorcio siempre se ha visto apoyado por él.

P. ¿Hay un plan para que la Zona Franca pase a depender de la Xunta?

R. El Consorcio de la Zona Franca no tendría sentido fuera de Vigo, por su origen, por su historia y por su cometido. Sucede lo mismo en Barcelona: la presencia del Ministerio de Economía es una garantía de buena voluntad y de colaboración con la ciudad. Creo que esa sintonía sería más complicada si la dependencia fuese de la Xunta, porque el Estado actúa aquí con mayor neutralidad. Tampoco sería bueno que dependiese del Ayuntamiento de Vigo, porque carece de la capacidad de gestión para un organismo de este tipo. Así tenemos la ventaja de no estar en la discusión política municipal. Ya sé que éste es un organismo extraño y que la gente no lo entiende muy bien, pero llevamos 60 años funcionando bien y contribuyendo al desarrollo de Vigo.