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Las consecuencias del 9-M

Urkullu evita hablar de la consulta soberanista ante la asamblea del PNV

El plan y los plazos del 'lehendakari' se convierten en tabú para su partido

El plan sobre el derecho a decidir del lehendakari Juan José Ibarretxe y sus plazos son tabú en este momento en el PNV. Su alto grado de concreción se ha convertido en estos momentos en un pesado lastre para reconducir la situación tras el revés electoral que la dirección del partido afronta con pies de plomo. Así, el discurso público del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ante la asamblea nacional de su partido, fue más significativo por lo que no dijo y por la terminología que usó o que esquivó en lo que dijo.

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En busca de un diálogo sin límites

Como hecho más revelador, evitó cualquier mención al proyecto del lehendakari, al pleno en el que pedirá autorización a la Cámara vasca para realizar una consulta en octubre si para finales de junio no alcanza un acuerdo con el presidente del Gobierno sobre el derecho a decidir, y a la consulta misma.

Tampoco los abordó, aseguraron a este periódico asistentes a la reunión, en el informe de doce folios, consensuado en la ejecutiva, que desgranó ante los representantes de las bases del PNV y sus cargos públicos.

El lehendakari, que asistió a la reunión, no tomó la palabra. Tampoco lo hizo Joseba Egibar, -con quien Urkullu fraguó el consenso interno que para el PNV es prioritario salvaguardar a toda costa- ni ningún otro notable del partido, según las mismas fuentes. Tan sólo hablaron ordenadamente los representantes de cada asamblea territorial.

Urkullu prefirió también no usar el término "derecho a decidir", que el jueves volvió a recalcar el lehendakari como clave del diálogo que busca con el presidente del Gobierno y del acuerdo que pretende con él. Lo más lejos que llegó, fue a reiterar la voluntad del PNV de llegar a "un acuerdo que fije el cauce y siente las bases de un nuevo ámbito de relación jurídico-político".

Urkullu no se refirió tampoco a plazo alguno. La única fecha que mencionó fue una muy alejada de las que Ibarretxe tiene fijadas como mojones de su propuesta y fue la de 2020. Lo hizo para anunciar, "un nuevo contrato", que el PNV propondrá a la sociedad vasca, y que verá la luz, bajo el nombre Euskadi 2020, a finales de mayo, según pudo saber EL PAÍS. Con él quiere abrir "un nuevo tiempo", dijo. En la práctica, será, admitieron también asistentes a la reunión, el programa electoral del PNV para los próximos comicios autonómicos.

Como referencia del pasado, Urkullu se remontó también muy lejos. "En este país hubo un acuerdo hace ya 30 años", dijo, en referencia al que alumbró el Estatuto de Gernika, y ahora el PNV busca otro, porque ese nuevo tiempo requiere "un marco estable" en Euskadi, cuyo "estatus actual no es suficiente", dijo. También a la hora de realizar esta afirmación evitó toda referencia al derecho a decidir y la basó únicamente en la necesidad de respuestas adaptadas "al contexto europeo del siglo XXI".

En el capítulo de la autocrítica, Urkullu fue explícito. "Creo sinceramente que el PNV no ha sabido entender" el cambio de la sociedad vasca. Remontó esa autocrítica muy atrás en el tiempo, hasta cuestionar la lectura en términos de hegemonía nacionalista realizada de la victoria de Ibarretxe sobre Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo en las elecciones autonómicas de 2001. Sobre ella edificó el lehendakari su plan soberanista.

Urkullu advirtió ayer a los suyos de que Euskadi "no quiere frentismos ni confrontación" y lo que reclama, "por encima de cualquier otra consideración", subrayó, es "voluntad de acuerdo político". También les avisó de que "nadie tiene un mandato de por vida" para dirigir Euskadi. Ibarretxe había afirmado el jueves que el PNV seguirá liderando el País Vasco hasta "dentro de 100 años".

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu (derecha), con el <i>lehendakari,</i> Juan José Ibarretxe, y la presidenta del Parlamento vasco, Izaskun Bilbao.
El presidente del PNV, Iñigo Urkullu (derecha), con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y la presidenta del Parlamento vasco, Izaskun Bilbao.SANTOS CIRILO

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