ERC, la historia de Zeus se repite
Los independentistas siempre zanjan sus crisis con zarandeos en la dirección
Aunque puedan parecer lejanas, la mitología griega y la historia y leyenda de Esquerra Republican se rozan. El mito cuenta que el dios Cronos, casado con Rea, se tragaba a sus propios hijos tan pronto como nacían, pues le habían revelado que estaba destinado a ser derrocado por su propio hijo, tal como él había destronado a su padre. Pero cuando Zeus estaba a punto de nacer, Rea cambió al retoño por una piedra y el dios se salvó, para cumplir el augurio y matar finalmente al padre. Josep Lluís Carod Rovira ha sido Zeus y ahora podría ser Cronos. Como les pasó en su momento a históricos republicanos como Joan Hortalà y Àngel Colom.
Será clave el papel y el peso de los críticos Uriel Bertran y Joan Carretero
Carod y Puigcercós irán a la guerra abierta jugándose el todo por el todo
¿Y quién sería el nuevo Zeus? Pues el ex portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, ex consejero de Gobernación y actual secretario general de los independentistas, Joan Puigcercós. Durante esta semana, tras la salida de Puigcercós del Gobierno catalán, ambos dirigentes han levantado las espadas y han decidido ir a la guerra a pecho descubierto. Sin reservas. Carod y Puigcercós se enfrentarán por la presidencia de Esquerra en unas elecciones internas el 7 de junio.
No hay marcha atrás, los partidarios de ambos líderes ya han hecho las alforjas y ensillado los caballos para aprovechar los dos meses que quedan para el congreso. Tanto Carod como Puigcercós no dejan de pasear y de reunirse por las 41 comarcas catalanas. Y es que las votaciones a presidente, y también a secretario general, se realizarán a la manera del Partido Nacionalista Vasco. Es decir, una urna en cada sección local. Así será más fácil que los 10.000 militantes republicanos puedan votar, aseguran fuentes del partido.
En la guerra de guerrillas de los líderes independentistas habrá dos frentes. Carod Rovira trata de llevar a Puigcercós al terreno de las ideas, de las grandes proclamas políticas, del nacionalismo de calado, donde él -que ha propuesto un referéndum de autodeterminación para 2014- considera que se siente más cómodo y tiene más probabilidades de vencer. Además la relevancia pública de Carod es más elevada que la del actual secretario general de Esquerra.
En cambio, Puigcercós prefiere una batalla menos pública, de corte doméstico. El de Ripoll cuenta con una fuerte legión de fieles que hace años -más de una década- que entienden y controlan la red de cuadros territoriales y de militantes influyentes en todo el territorio catalán, y también en Baleares, la Comunidad Valenciana y la Cataluña Norte. No son muchos militantes, pero ante un congreso todo cuenta y suma.
No es que Puigcercós no tenga carisma, que lo tiene, pero la guerra en Esquerra debe librar su último episodio en este congreso. Varios dirigentes y diputados independentistas, de la corte de Puigcercós sobre todo, consideran que el ex consejero de Gobernación "ha tenido demasiadas ocasiones para rematar a Carod y no ha querido".
La última gran oportunidad de Puigcercós fue en una ejecutiva de urgencia que se celebró durante un fin de semana en Castelldefels, en el verano de 2006. Fue después del referéndum del Estatuto, en el que ERC apostó por el no. Los resultados hicieron pensar que era el momento de relevar a Carod. Dos importantes dirigentes y diputados lo verbalizaron en la reunión. Puigcercós prefirió no hacer sangre. Para muchos era la gran oportunidad, porque desde entonces Carod se ha crecido.
Tanto el actual presidente de ERC como Puigcercós no pondrán en peligro el Gobierno catalán, en alianza con socialistas e ICV-EU. No hay mucha diferencia estratégica entre ambos. Es una lucha por el liderazgo que viene de antiguo, pero que obtuvo una suerte de pax romana en 2004, en el congreso de Lleida, cuando partidarios de Carod y de Puigcercós coparon la ejecutiva a partes iguales.
En el congreso del 14 de junio habrá que prestar atención a las estrellas invitadas: los críticos. Por una parte, la corriente de Esquerra Independentista ya ha comunicado que presentará a Jaume Renyer como presidente y a su líder Uriel Bertran, probablemente, como secretario general. La otra corriente crítica, Reagrupament.cat, hará público mañana que el ex consejero Joan Carretero apuntará a secretario general. A más competencia mejor para Carod, pues los votos de los críticos irán en detrimento de la bolsa de Puigcercós.
El descenso electoral de ERC persiste y no se encuentra explicación en la política de alianzas. Tampoco habrá espantadas, nadie romperá el partido como pasó con Hortalà y Colom. Quizá la solución sea un cambio de timón o de timonel, dicen dirigentes independentistas. En las pasadas elecciones autonómicas de 2006, los independentistas bajaron apoyos, como en las municipales y las generales. No es anecdótico. La reflexión se impone. El reto es aparecer ante la sociedad como un partido de gobierno, de izquierdas e independentista. De momento, se decidirán primero los liderazgos, o a quién le toca esta vez hacer de Zeus.
