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Reportaje:

Guiño al Barça

El sorteo de la 'Champions' empareja a los azulgrana con el Schalke, alemán, y fija la vuelta en el Camp Nou

Jordi Quixano

Condescendiente y benévolo, el bombo europeo le hizo ayer un guiño en Nyon (Suiza) al Barcelona, que deberá bailar con el teórico rival más débil en los cuartos de final de la Champions: el Schalke, alemán. Respetuoso con las jerarquías de los clubes, el sorteo también encuadró eliminatorias desniveladas. Así, el Manchester United se medirá con el Roma, verdugo del Madrid, que aún tiene en la retina el 7-1 sufrido en Old Trafford el año pasado; y el Chelsea se relame ante el Fenerbahçe, turco, que sorprendió al Sevilla. Queda, entre medias, un duelo terrorífico, sinónimo del gobierno inglés en Europa: Liverpool y Arsenal se topan en un combate en el que Arsène Wenger le tiene comida la moral a Rafa Benítez. Malas noticias para los reds, que se han encontrado con el peor de los adversarios para sus intereses.

Arsenal-Liverpool, Cesc contra Torres, duelo estrella de los cuartos de final
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Un Barça sin recambios

Lastrado por las lesiones y desbravado en la Liga, el Barça atiende a la Champions con gran regocijo. Es el único equipo español y se bate con un contrincante asequible y, además, con el factor campo a favor. No así en las semifinales, en las que jugaría la vuelta fuera del Camp Nou ante el vencedor del Roma-Manchester.

"Tenemos un recorrido de partidos para acostumbrarnos a jugar sin Messi", afirmó Eusebio Sacristán, miembro del cuerpo técnico. Lesionado Leo, el único extremo del equipo con desborde y descaro, el Barça palidece ante las exigencias. Cayó ante el Atlético y el Villarreal justo cuando parecía atrapar al Madrid en la Liga. Ahora está a ocho puntos. Pero no sólo falta Messi. Touré, Giovani y Milito esperan para operarse aunque se resisten a hacerlo antes de que concluya el ejercicio. De ahí, la euforia contenida del barcelonismo, que tiró de tópicos para acabar por calificar al duelo de parejo y complicado. Eto'o, más agresivo y temeroso, no convino con sus compañeros: "Prefería al Chelsea o el Manchester porque ante ellos afrontas los partidos preparado y consciente de que será duro".

Más animados estaban en Gelsenkirchen. "El Barça es un rival excelente. Son superestrellas y veremos dos grandes partidos", admitió Mirko Slomka, el técnico del Schalke, cuestionado hace poco por su presidente, Josef Schnusenberg: "Necesitamos un entrenador internacional".

Cuando Peter Kenyon, director deportivo del Chelsea, tendió la mano a Txiki Begiristain, su homólogo del Barça, a ambos se les escapó un resoplido. El Chelsea se mide con el Fenerbahçe, tan creativo en el ataque como renqueante en la defensa. Igual de confiados se mostraron en Manchester, donde consideran al Roma un equipo inferior por mucho que en la anterior ronda eliminara al Madrid. El combate más abierto se reserva para el Liverpool-Arsenal, Torres-Cesc, un duelo inglés con claro sabor español.

Kuranyi, durante el partido de ayer de la Bundesliga entre el Schalke, ganador por 2-1,  y el Duisburgo.
Kuranyi, durante el partido de ayer de la Bundesliga entre el Schalke, ganador por 2-1, y el Duisburgo.AP

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