'Cuando Francia se aburre'
Un artículo en 'Le Monde' hace 40 años sirvió de detonante a la revuelta de Mayo del 68
Tal día como hoy hace 40 años, Le Monde publicaba un artículo de opinión de Pierre Viensson-Ponté (1921-1979) titulado Cuando Francia se aburre, en el que describía la abulia de la sociedad francesa de la época, mecida en la autocomplacencia, plácida y ordenada bajo la mirada, entre paternal y severa, del general De Gaulle y ajena a las "grandes convulsiones que agitan el mundo", y hacía un llamamiento a la revuelta.
El 22 de marzo, un grupo de intelectuales, artistas y algo más de 150 estudiantes ocuparon el edificio de la administración de la Universidad de Nanterre, a las afueras de París. El rector llamó a la policía y forzó la evacuación. Dos meses después estallaba el Mayo del 68. El aniversario del artículo sirvió ayer para el arranque definitivo de la conmemoración del acontecimiento.
La guerra de Vietnam, lamentaba Viensson-Ponté, "emociona" a los franceses, pero "realmente no les afecta", ni tampoco las guerrillas de Latinoamérica, la feroz represión de Indonesia, las matanzas de Biafra, el golpe de Estado de los coroneles en Grecia o el apartheid de Suráfrica. "Los jóvenes se aburren. Los estudiantes se manifiestan y luchan en España, en Japón, en América, en Egipto, en Alemania, e incluso en Polonia. Tienen la impresión de que hay conquistas que deben emprenderse, protestas que deben escucharse, o al menos un sentimiento del absurdo para oponer a la absurdidad", aseguraba.
"Los estudiantes franceses se preocupan por saber si las chicas de Nanterre y de Antony podrán acceder libremente a las habitaciones de los chicos, una concepción un tanto limitada de los derechos del hombre", añadía el periodista de Le Monde. Lo que no podía adivinar es que era este elemento, la separación de los sexos, el que serviría de detonante. Y de la manera más banal: con motivo de un partido de fútbol retransmitido por televisión, un grupo de universitarios de Nanterre desafiaron la prohibición de penetrar en la residencia de las chicas... porque en la sala de estudio estaba el único televisor en varios kilómetros a la redonda.
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