Sorpresas y decepciones de las urnas

Aún no se acostumbra a que su nombre vaya asociado a un cargo tan solemne. "Dios mío", resopla el independiente en las listas del PSE Imanol Zubero (Bilbao, 1961) cuando se refieren a él como "señor senador". Su historia es un concentrado de las sorpresas que deparó la noche electoral para muchos candidatos. Varios aspirantes socialistas fueron elegidos aunque ni los sondeos ni ellos mismos se daban por vencedores. Y debutarán en la arena política madrileña a costa de una parlamentaria con tres legislaturas a cuestas, como la peneuvista Margarita Uría, o de una formación como EA, que no ha faltado en el Congreso desde 1989.

"Dije que sí al partido porque pensaba que tenía pocas posibilidades de salir", confiesa Zubero, mientras no para de pensar cómo encontrará el equilibrio entre la Cámara Alta y sus obligaciones como profesor de Sociología de la UPV y padre de familia. "Tengo tesis que dirigir y mi hija está aquí. Además, vienen tiempos interesantes para Euskadi", resalta quien fuera uno de los promotores de Gesto por la Paz.

Zubero: "Dije que sí al partido porque tenía pocas posibilidades"

Sañudo tendrá que dejar la presidencia de FEVE antes de ser senador

"La vida me ha sonreído", admitía ayer el concejal socialista Ernesto Gasco (San Sebastián, 1963). Hace algo más de una semana, la esperanza de salir elegido empezó a tomar fuerza. "Compañeros que tenían encuestas empezaron a decirme que fuera preparando las mudas para viajar a Madrid dos o tres días por semana", declaró Gasco, elegido secretario general de la agrupación del PSE de San Sebastián en 1995, cargo en el que continúa. En la actualidad, es concejal del área de Movilidad y portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento donostiarra, y secretario de Movimientos Sociales en la ejecutiva vasca del PSE. El día de su toma de posesión se convertirá, según destacó él mismo, en el primer diputado que llega a este cargo habiendo reconocido su condición de gay y casado al amparo de la Ley de Matrimonios Homosexuales aprobada por el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

"Esperemos que Gasco lo haga bien y sea un buen representante de Guipúzcoa. Le felicito por la victoria", declaró ayer Nekane Alzelai (Legazpi, Guipúzcoa, 1966), candidata de EA. Nada más llegar los primeros sondeos, lo vio negro. "No le doy demasiadas vueltas" a la derrota, cuenta Alzelai, sobre todo porque su vida política seguirá como parlamentaria en la Cámara vasca.

Margarita Uría (Bilbao, 1953), diputada del PNV por Vizcaya hasta ahora, no podrá estrenarse como senadora. ¿Algún anhelo a sus 54 años? "Entrar al Consejo General del Poder Judicial. Tras esta legislatura, el órgano no podía caer más bajo y me encantaría intentar relanzarlo", suspira quien compartió buenos momentos en la Comisión de Administraciones Públicas con el entonces diputado Zapatero y con el candidato popular, Mariano Rajoy, ministro del ramo en esa legislatura.

Joseba Agirretxea(Ondarroa, 1966), que debutará en el Congreso, no escatima en elogios hacia su compañera de partido. "Margarita Uría tenía vocación, veteranía e inteligencia política. Nosotros la echaremos de menos, pero los demás grupos también lo harán", vaticina el hasta hoy asesor para relaciones exteriores del Gobierno vasco. Nunca ha visitado el Congreso, pero vive su designación con la normalidad de quien está acostumbrado al traje de raya diplomática.

Coincide con Agirretxea la tercer sorpresa socialista, Dimas Sañudo (Riva de Ruesga, Cantabria, 1959), curtido por 17 años de "lucha cuerpo a cuerpo" en el Ayuntamiento de Bilbao. "No hay vértigo", reconoce Sañudo, que tendrá que abandonar su cargo como de presidente del ente público Ferrocarriles de Vía Estrecha, incompatible con su silón sin estrenar en el Senado.

En todo este baile, la popular Marisa Arrue pierde su escaño en el Congreso, mientras que su compañero, el ex diputado general de Álava Ramón Rabanera (Vitoria, 1948), vuelve al Senado casi una década después.