_
_
_
_
_
ELECCIONES 2008 | La jornada electoral

El fin del voto a ciegas

Los invidentes tuvieron por primera vez la posibilidad de elegir sus papeletas sin ayuda utilizando el sistema braille

Pablo Linde

Es la primera vez que Ricardo Busto sabe con certeza a quién ha votado. Hasta ayer se fiaba de su hijo, quien metía en el sobre la papeleta que le indicaba su padre. Ayer lo hizo sin ayuda, como más de 1.600 ciegos que han pedido votar mediante un sistema de braille estrenado en estas elecciones.

Más de 1.600 discapacitados pidieron su 'kit' de sufragio autónomo

Por si acaso, Ricardo, invidente desde hace 53 años, los mismos que tiene, y Paula Pérez, su mujer -también ciega desde la infancia-, llevaban los sobres con la papeleta metida desde casa. "Estamos acostumbrados a que estas cosas fallen". Y todo le hacía pensar que no iba a poder estrenarse como votante independiente, sin ayuda de nadie, cuando llegó a su mesa electoral y la presidenta puso cara de extrañeza al oír que le pedían el kit de votación en braille que había solicitado hacía semanas.

En el abarrotado colegio Marqués de Suanzes de Madrid, sorteando las colas de votantes, la pareja consiguió dar con quien tenía preparadas sus cajas llenas de papeles perforados con todas las instrucciones para votar. Dentro hay tantos sobres como candidaturas. En ellos está escrito en braille el nombre del partido y dentro hay una papeleta normal, como las que usa cualquier ciudadano con visión. El Senado es más complejo. Los enormes folios están metidos en una plantilla como las que se usan para corregir test, con huecos en los lugares de las casillas para que el invidente los marque.

El resultado fue una votación que duró 15 minutos, entre la apertura y el examen de los kits y la preparación de los dos sobres. "Es una cuestión de autonomía. Yo podría haber metido el sobre que llevaba preparado, pero es bueno que la gente se acostumbre a que las personas ciegas se valgan por sí mismas", explica Ricardo, que lleva años luchando por el derecho al voto sin barreras. "He tratado de convencer a todos los ciegos que conozco de que lo hagan. El problema es que hay mucha desinformación", lamenta. Eso muestran los datos: menos del 3% de los 60.000 ciegos españoles con derecho al voto pidieron utilizar este sistema.

Ricardo Busto, con su perro, antes de votar.
Ricardo Busto, con su perro, antes de votar.CLAUDIO ÁLVAREZ
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_