La pugna por el modelo de Hendaya

Hendaya, la localidad de acogida de tantas personas que escapaban de episodios bélicos, se enfrenta hoy al dilema de cómo afrontar la presión del boom inmobiliario crecido al amparo de los últimos tiempos de bonanza económica. La pequeña ciudad vascofrancesa, una placentera playa para guipuzcoanos y navarros, había logrado esquivar hasta hace poco el impacto de la emigración española a la costa, que se detenía en la frontera. Desaparecida ésta, se ha ido dejando ocupar paulatinamente.

"Esta es una ciudad tricultural: francesa, española y vasca", dice su alcalde

Su crecimiento, hasta ahora pausado, puede experimentar un fuerte impulso con el Plan Local de Urbanismo, aprobado en 2005, cuyo desarrollo está levantando una fuerte polémica, que se ha traducido en la constitución de las dos principales candidaturas -la tercera la integran los abertzales radicales- que hoy competirán en las urnas en primera vuelta por alzarse con el poder municipal.

El actual alcalde, Kotte Ecenarro, encabeza la lista Hendaya Plural, que acoge a socialistas, comunistas, abertzales moderados e independientes. Su programa prevé desarrollar dicho plan urbanístico, que ha abierto las puertas a la edificabilidad y con ella a la especulación. En los últimos años se han construido 100 pisos sociales, se ha dado licencia para 120 más y otros 300 se encuentran pendientes. A la vez, se han multiplicado las promociones privadas en la zona alta de la ciudad y se ha abordado la urbanización Entrepuentes -un centro comercial y 386 viviendas-, promovida por constructoras vascas sobre las antiguas vías de la sociedad ferroviaria estatal SNCF. Es la mayor operación inmobiliaria de regeneración del centro.

"No estamos invadidos ni somos una ciudad dormitorio", sentencia Ecenarro, aludiendo a las críticas de sus opositores. "Lo que vemos es llegar a Hendaya desde hace unos años a gente joven que lleva a sus niños a las escuelas de aquí. Nos interesa una ciudad viva y gente del otro lado nos va a traer más animación y vida. Hendaya es una ciudad de tres culturas: la francesa, la española y la vasca".

No lo ven así, por supuesto, sus críticos, encuadrados en la lista El Futuro en la Unión, que encabeza Jean-Baptiste Sallaberry. Su candidatura transversal integra a socialistas, verdes, militantes de derecha y centristas. De distintas ideologías, se han unido "frente a la locura inmobiliaria y expansionista que vive esta ciudad. La nuestra puede considerarse una lista de salud pública", explica Sallaberry.

Este ex edil hendayés pronostica que, de continuar el "urbanismo loco" que se ha puesto en marcha, "en cuatro años no habrá más terrenos en Hendaya". "Seremos el doble de habitantes que hace una década gracias a la especulación", añade. Destaca que en el último mandato de Ecenarro se han concedido licencias para 3.700 pisos, lo que implica que si el censo de 1999 registraba 13.000 habitantes, el siguiente, de 2009, sumará más de 20.000. "Ahora los jóvenes se tienen que ir de Hendaya porque no pueden comprar ni alquilar un piso. No queremos una ciudad masificada sólo por la especulación", concluye.