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Reportaje:ELECCIONES 2008 | Cita con las urnas

Una jornada de 20 horas

Más de 87.000 agentes, 178.000 miembros de mesa y 21.000 carteros hacen posible el voto

Pablo Linde

Miles de despertadores suenan sobre las siete de la mañana. El de Samuel no. Es uno de los 1,7 millones de jóvenes que pueden votar en unas generales por primera vez. Tiene intención de hacerlo a mediodía. Pero para que él y los 35 millones de españoles convocados a las urnas ejerzan su derecho hay muchos madrugones. Conserjes, policías, funcionarios de correos, miembros de mesa, interventores, apoderados preparan la jornada desde temprano. Son las siete. A dos horas para abrir los colegios, la jornada electoral ya ha empezado para la mayoría de ellos.

Los bedeles de los 23.106 colegios electorales tienen que abrir las puertas más o menos al mismo tiempo que llegan al menos dos policías por cada centro. Poco después, a las 8.00, presidentes y vocales de mesa deberán comenzar los preámbulos para abrirlas a los ciudadanos. Durante una hora comprobarán las urnas, las papeletas, los censos, los documentos que manejarán durante el día y esperarán a que un cartero les entregue los votos por correo. 8.200 repartirán a primera hora los 700.000 que tienen en custodia. Todo este proceso y los del resto del día estarán supervisados por los interventores de los partidos políticos; hasta dos por candidatura y mesa.

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"Comienza la votación". Son las palabras que tiene que pronunciar el presidente de la mesa a las 9.00. Lo sabe gracias a un manual que reciben todos los que han sido seleccionados para las mesas tras un sorteo. Ahí está recogido lo que deben hacer paso a paso, explicado con total exhaustividad. Y ante la duda, llamada a la Junta Electoral de zona. Hay 303 en toda España, que llevan semanas controlando el proceso, analizando las quejas, reclamaciones de censos, peticiones de mítines. Hoy estarán también al pie del cañón.

Samuel todavía no se habrá despertado cuando toda la maquinaria esté en marcha. Un anuncio del PSOE muestra a una joven que, como él, vota por primera vez. Está "nerviosa e impaciente". Samuel no dice tanto. Pero sí que asegura tener ganas de votar.

Cuando llegue al colegio, encontrará a dos policías en la puerta. Llevarán allí desde temprano y, si todo sale bien, sin mucho más trabajo que el de una vigilancia tranquila. Una agente que ha participado en varios procesos electorales explica que suelen ser días "apacibles pero muy importantes". "Cuando hay algún incidente te reclaman e intervienes, pero no es lo normal", cuenta. Más de 87.000 agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado vigilarán las votaciones junto a 2.500 militares que participan desde el lunes en un plan de protección antiterrorista.

Seguramente, al mediodía Samuel ya habrá votado. Habrá finalizado lo que considera su "deber". Pero los de los madrugones siguen trabajando. Ana García, que fue presidenta de mesa en las últimas generales, explica que es "muy pesado". "Yo tuve suerte porque había buen rollo con los compañeros y cada uno fuimos a casa una hora y media para comer tranquilamente". El resto del día es monótono: mostrar documentación, señalar que tal persona ha votado en el censo electoral, decir el nombre de esa persona en voz alta y acompañarlo de la muletilla "votó".

Eso es así hasta las 20.00. A esa hora, el presidente, guiado una vez más por el manual, debe decir: "Concluye la votación". Comienza el recuento. "La parte más engorrosa", según opinan varios interventores y miembros de mesa consultados. El número de votos en las urnas debe ser igual al de gente que ha votado. Parece obvio, pero no siempre sucede y hay que hacer sucesivos recuentos, "incluso alguna trampa", confiesan estas fuentes.

Primero, las del Congreso, después las del Senado y por último las de las autonómicas (sólo en Andalucía, donde hay 6,2 millones de electores). El Gobierno anunció ayer que los resultados se conocerán poco después del cierre de los colegios. Por primera vez se podrán recibir en el teléfono móvil. Hay que mandar al número 7743 el mensaje ELEC CON (para solicitar datos del Congreso) o ELEC SEN (los del Senado). También se podrán consultar en la página web del Ministerio del Interior (www.mir.es).

Los miembros de las mesas deben firmar las actas, llevar una copia a los juzgados de primera instancia y dar otra a uno de los 12.000 carteros que acudirán por la noche a los colegios y que la llevarán al día siguiente a las juntas electorales. Lo normal es terminar a medianoche, pero si el día se ha complicado, los miembros de la mesa llegan a finalizar más allá de las dos de la madrugada, 20 horas después de que sonasen los despertadores.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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