Un 'cisne negro'

Acaba de aparecer en castellano el ensayo más vendido durante 2007 en EE UU: El cisne negro, escrito por el profesor de Ciencias de la Incertidumbre de la Universidad de Massachusetts, Nasim Nicholas Taleb (editorial Paidós). ¿Qué es un cisne negro?: un suceso improbable cuyas consecuencias son importantes. Un cisne negro tiene tres características: es una rareza porque nada puede apuntar de forma convincente a esa posibilidad, porque produce un impacto tremendo y porque la naturaleza humana hace que inventemos explicaciones después del hecho, con lo que se hace explicable y predecible.

¿Será la victoria del PP en las elecciones de hoy un cisne negro? Los estudiosos del voto económico (la influencia de la economía en el voto de los ciudadanos) tendrán a partir de estos comicios otro buen ejemplo para el análisis, como también en las presidenciales de EE UU. En ambas ocasiones, las campañas electorales se iniciaron bajo el signo de una desaceleración económica tenue, que ha ido adquiriendo -como en una profecía autoconvocada- visos de mayor profundidad conforme pasaba el tiempo. Incluso hay una cierta analogía (y muchas diferencias) entre las coyunturas de EE UU y España, según el parecer de algunos analistas: ambos países padecen el estallido de una burbuja inmobiliaria y un alto desequilibrio del déficit por cuenta corriente.

A pesar de una mala situación económica, los ciudadanos no cambian su voto si desconfían de la oposición

¿Qué es lo que sucedió en otras ocasiones con el voto económico? La literatura se divide: cuenta el catedrático de Sociología José María Maravall en su libro El control de los políticos (editorial Taurus) que existe una ingente evidencia empírica en que el comportamiento de la economía tiene un gran impacto en el apoyo que reciben los gobernantes en las elecciones: cuando la situación económica es mala, los ciudadanos votan en contra del partido en el poder. Pero otros autores, al examinar lo ocurrido en algunas sociedades democráticas, muestran que la pervivencia en el poder de los presidentes de Gobiernos democráticos es insensible al comportamiento de la economía.

Este último caso fue el de Felipe González: los ciudadanos votaron y volvieron a votar al PSOE -con mayoría absoluta- pese a las malas condiciones económicas (mucho peores que las actuales). Para ello se dio una mezcla de circunstancias muy significativas: no existían alternativas centrales a las políticas económicas aplicadas por el Gobierno, existía la promesa de luz al final de un túnel no muy largo, y se aplicaron compensaciones a través de las políticas sociales (que servían para proteger de la crisis a los más débiles). Pero sobre todo había una oposición de la que se desconfiaba y se recelaba: cuando la credibilidad de la oposición es escasa, bien por las políticas que ha defendido en el pasado o por tener malos dirigentes, aumenta la autonomía de los Gobiernos.

A la luz de esta reflexión, hagamos otra vez la pregunta: ¿es el PP actual un cisne negro? -