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"Tienes que obligarte a pensar que el autista es él, y no tú"

Aparece una guía para cuidadores de personas con dependencia

Carme Pons tiene tres hijos: Laia, de siete años; su hermano gemelo, Pol; y el mayor, Albert, de nueve años. "Pol tiene una deficiencia psíquica: es autista. No se vale por sí solo", cuenta. Como muchas madres en su situación, Carme optó por cuidar ella misma -con la ayuda de su madre- de su hijo dependiente. Cuando detectaron el autismo a Pol, tuvo que aguantar el tipo. "Pol tenía tres años y yo ya veía que era diferente, que alguna cosa no iba bien. Pero cuando te dicen la enfermedad que tiene, lo primero que piensas es: ¿qué hacemos?".

Para dar respuesta a estas preguntas, la Obra Social de La Caixa, en colaboración con el Departamento de Acción Social y Ciudadanía, edita una guía dedicada a la figura del cuidador. Tiene dos volúmenes, uno para la persona cuidadora y otro para la persona dependiente. En el primer volumen, titulado Cuidemos al cuidador, gente como Carme encontrará consejos para afrontar mejor su situación personal. Además de las guías, la Fundación La Caixa pondrá en servicio un teléfono las 24 horas para resolver al instante los problemas que las personas cuidadoras puedan tener. "Nos irá bien. Yo quizá soy más experta, pero no tienes la respuesta a todo, y tener un teléfono es perfecto. La escuela te puede dar algún problema, pero no está las 24 horas".

El autismo de Pol no afecta sólo a él, sino que sus estragos se han notado en toda la familia. Para evitarlo, Carme repite su máxima: "Tienes que pensar que el autista es él, y no tú". Es decir, que la dependencia del hijo no debe mermar la convivencia en la familia.

La hermana gemela de Pol, Laia, es una de las más afectadas. "Desde el principio se ha visto relegada. Cuando te enteras de la enfermedad, tiendes a prestar toda tu atención al hijo autista, y los otros quedan en segundo plano", comenta Carme. Laia ha adoptado los ritmos escolares de su hermano, no sabe leer ni escribir y ha repetido el primer curso. Por si fuera poco, la relación no es la que se espera en una familia de tres hermanos: "No se hablan, casi se ignoran. La relación entre Pol y Laia y Albert es muy difícil, porque, además, Pol, si no entiende qué está pasando, les pega. Es agresivo y, además, tiene muchos celos".

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