Un incomprensible retorno a Irak
Zapatero se sintió ganador al ver que su contrincante intentaba demostrar que él estaba a favor de la guerra
Acabado el debate del lunes, José Luis Rodríguez Zapatero se plantó ante su equipo con la convicción de que su contrincante, Mariano Rajoy, había incurrido en un gran error. Y les explicó: "No entiendo a Rajoy, no entiendo cómo ha enfocado de esta manera el debate". Zapatero estaba pensando en la extraña referencia que el líder del PP hizo a Irak, intentando demostrar que el Gobierno socialista apoyaba la intervención militar (en una resolución de la ONU) después de haber retirado las tropas. Zapatero había cambiado el gesto y el tono respecto al de la semana pasada. Tampoco su equipo le recibió de la misma manera.
El lunes anterior, aunque todos concluyeron que había ganado, hablaban de una victoria "a los puntos", sin triunfalismos. Esta segunda vez, la recepción fue con aplausos y vítores. Zapatero no podía ocultar su satisfacción: "Estaba exultante y de su grupo, hasta los menos dados a la adulación, no ahorraron felicitaciones", comenta un testigo.
Su equipo reconoce que el líder del PP tuvo pasajes en los que estuvo eficaz e incluso en los que pudo ganar a Zapatero pero en el conjunto perdió porque abordó mal las materias sobre las que ha hecho oposición durante estos cuatro años. Por eso Zapatero se preguntó cómo era posible que Rajoy dijera ante los españoles que él había apoyado la guerra de Irak.
En esta ocasión, nadie en el PSOE ha echado en falta más contundencia en las réplicas del presidente. Es más, el secretario de Organización, José Blanco, justificó ayer por qué Zapatero había comparado el número de asesinatos por el terrorismo de la etapa de Aznar con la suya: 238 frente a cuatro. Esta alusión ha sido considerada "miserable" por el PP, y Rajoy también se lo afeó en directo. "Algún instrumento, algún dato hay que ofrecer cuando se dice que ETA con Aznar estaba más débil que con Zapatero", justificó Blanco.
Esta respuesta sobre terrorismo la llevaba Zapatero muy preparada, así como el golpe de efecto de presentar un Libro Blanco con el detalle de sus propuestas al comienzo del debate.
Anoche, en Ciudad Real, ante más de 6.000 personas, le festejaron su triunfo el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y los candidatos Clementina Díez de Valdeón y Fernando Moraleda. En el mitin, Zapatero acusó a la derecha de "aceptar a regañadientes los resultados electorales". No obstante, fue un mitin algo accidentado. Primero, porque el presidente llegó un cuarto de hora tarde; después, porque funcionarios de justicia, que protagonizan una huelga desde hace un mes, lograron interrumpir el acto con sus protestas durante unos minutos y, más tarde, porque cientos de personas que no pudieron acceder al pabellón, por encontrarse lleno a rebosar, se quejaron todo el tiempo aporreando las puertas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.