Perversidad moral
La perversidad moral no reside en que un albañil haya ingresado en prisión por haber robado una figura de un belén diocesano mientras que dos empresarios se han librado de ella tras estafar millones de euros a sus socios, sino en el hecho de que si el albañil hubiera tenido los mismos abogados defensores que los empresarios, ahora no estaría cumpliendo condena.
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