Intoxicados 14 indigentes tras comer en un albergue municipal
Una mujer embarazada tuvo que ingresar en el hospital tras ingerir unos garbanzos
"Los garbanzos estaban fríos y malos, como siempre, pero es que esta vez además eran tóxicos". Así resumió ayer, aún "mareado y con la tripa revuelta", Óscar Benito, de 38 años, la intoxicación alimentaria que 14 indigentes sufrieron en el albergue Mayorales, en la Casa de Campo. Una de las afectadas, Esther Jiménez, de 24 años y embarazada de cinco meses, fue ingresada durante unas horas en la Fundación Jiménez Díaz para evitar que la intoxicación afectara a la gestación. "Aún estoy fatal, como si me fuera a desmayar. Pero anoche era peor, creí que me moría", relató en la tarde de ayer frente al albergue.
El potaje de garbanzos, que junto a un puré y una salchicha, constituía el menú de la comida del domingo, fue según las primeras investigaciones el responsable. "Yo noté que estaba raro. Pero mi mujer", explica Benito mientras toca el brazo de Francisca, de 29 años, "me dijo que no tuviera manías. Pues ya ves".
Unas cuatro horas después de la comida, los primeros afectados empezaron a sufrir síntomas: diarrea, vómitos, dolor de cabeza e intestinal y malestar general. Pero lo peor sucedió pasada la medianoche, cuando cada vez eran más las personas afectadas en los dos grandes dormitorios, uno para hombres y otro para mujeres, que tiene el albergue. "Fue horroroso, con mucha gente mareada", recordó Benito.
El Samur mandó de madrugada varias ambulancias, seis según los indigentes. Darío Pérez, jefe de departamento del Samur Social y Personas sin Hogar del Ayuntamiento, confirmó que los afectados eran 14. "El problema estuvo en la comida del mediodía, que fue consumida por unas 30 personas. Aún estamos investigando, pero fue algo que pasó durante el transporte, ya que la empresa sirvió el mismo menú a otros centros sociales en los que no ha habido ningún incidente", explicó Pérez, que destacó que "todos se están recuperando satisfactoriamente".
Uno de los trabajadores del Samur que acudió al albergue explicó que "los garbanzos olían fatal, a podrido". Los indigentes se quejan de "lo mala que es siempre la comida". "Está claro que aquí tiene que ser sencilla, pero otra cosa es que no se pueda ni comer". El albergue Mayorales está gestionado por Grupo 5, empresa que ayer declinó ofrecer su versión de los hechos.
La concejal socialista en el Ayuntamiento, Carmen Sánchez-Carazo, criticó la gestión municipal. "Llevamos tiempo denunciando el deterioro de los servicios sociales y este caso muestra que nuestras denuncias por falta de controles de higiene y de prevención eran ciertas", denunció.
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