Schubert atrae a 28.000 personas a Musika-Música
Desciende la asistencia de público a pesar de ofrecerse más conciertos
Pasadas las 11 de la mañana de ayer comenzaba a sonar con toda solemnidad en el auditorio del Palacio Euskalduna de Bilbao, la Misa número 5, de Franz Schubert (Viena, 1797-1828). Treinta minutos más tarde ya estaban en marcha en cuatro salas diferentes otros tantos conciertos de composiciones de Schubert, que continuarían hasta sumar 20 actuaciones a lo largo de la jornada, la última de la séptima edición del festival Musika-Música. En total fueron 63 conciertos a los que asistieron alrededor de 28.000 personas, cerca de un 8% menos que en 2007, a pesar de que creció el número de conciertos y el programa se amplió de tres a cuatro días. En una treintena de actuaciones se agotaron las localidades.
Las localidades se agotaron en una treintena de conciertos
Las entradas de Musika-Música no están numeradas. El público está obligado a hacer cola para acceder a las salas. El ambiente era ayer tranquilo, recuperada la calma después del pico de afluencia de público del sábado. En las colas, ordenadas y silenciosas, eran mayoría las personas de mediana edad.
Buena parte del público acude al Euskalduna con más de una opción para el mismo día. "Por 42 euros, tres personas podemos asistir a dos conciertos. No esta mal ¿no?", decía una psicóloga a la salida de un concierto para un quinteto de cuerda y viento. Su acompañante entraba en la calidad de la música. "Ha sido una máquina de relojería", opinó. "Ha sonado con precisión y con alma".
Entre quienes esperaban pacientemente su segundo concierto de la mañana estaba el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, y el concejal José Luis Sabas. "Schubert está por descubrir", lamentaba Azkuna. "Es un músico que gusta más de mayor que cuando eres joven". Azkuna decía que iba a ir a tantos conciertos como pudiera. Ayer la música tuvo preferencia en su agenda, por delante de la campaña electoral.
Schubert, con 21 años, fue contratado como profesor de música por el conde Esterházy. Se enamoró entonces de la más joven de las hijas de la familia, Carolina. Fue una pasión imposible que arrastró toda su vida y pensando en ella compuso la Fantasía en fa menor. En recuerdo del amor por Carolina, la sala reservada para los alumnos de los conservatorios del País Vasco, La Rioja, Asturias, Cantabria y Castilla-León, fue bautizada con el nombre de Esterházy. En el resto de las salas el escenario estaba ocupado por profesionales, pero ése era el espacio para los jóvenes, encantados de tocar ante el público. La entrada era libre para quienes acreditaban haber pasado por taquilla para asistir a cualquier otro concierto, pero la mayoría de las butacas estaba ocupada por familiares y amigos de los intérpretes, entregados desde el primer compás.
Fuera esperaban su turno para tocar a Schubert, rigurosamente vestidos de negro, los alumnos del conservatorio José Castro Ovejero, de León, los que más kilómetros recorrieron para participar en Musika-Música. "Es el quinto año que venimos. En total 42 alumnos" , decía orgullosa una de las participantes en la expedición.
En Euskalduna se escuchaba ayer música, pero quedaba tiempo entre concierto y concierto para pasar por la cafetería, llena de clientes a la hora del aperitivo, o comprar unos CD. La oferta para adquirir grabaciones es modesta en Euskalduna. Junto a un puesto de la Fundación Bilbao 700, organizadora del festival, y otro de un patrocinador, se instaló la firma E. Leclerc, con un buen surtido de música clásica de los mejores sellos. La palma se la llevaban, claro está, los discos de composiciones de Schubert, pero a pesar de ser el único lugar de la ciudad donde ayer se podía comprar un CD, el espacio no lograba captar la atención del público. Por allí sólo curioseaban unos pocos aficionados.
A las ocho de la tarde comenzó ayer el último de los 63 conciertos del programa de este año. El tenor Hans Jörg Mammel, acompañado por el pianista Philippe Cassard, interpretó el ciclo de lieder Winterreise. Fue el cierre de Músika-Musica 2007 con su programa dedicado a Schubert. El año próximo Musika-Música, otra vez a principios de marzo, estará dedicado a Bach.
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