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Columna
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Ni un duro

Manuel Rivas

En una de las primeras elecciones, Pío Cabanillas tenía como compañero en la candidatura de Ourense a un audaz piloto de rally. Camino de los mítines, se lanzaba a tal velocidad, derrapando temerariamente por las curvas gallegas, que el copiloto Cabanillas, acongojado, consiguió balbucear: "¡Vamos a salir diputados por Zamora!". Ahora estamos en la fase de derrape electoral. A Felipe González se le escapó un desafortunado "imbécil" para calificar a Rajoy. Menos inocua ha sido la irrupción en campaña de otro ex presidente, José María Aznar. Por su vocación intelectual, Aznar recuerda a un célebre central del Peñarol, Cardaña, conocido en sus inicios por El Hombre y rebautizado como El Hombre de Neardenthal. Cardaña pasará a la historia por dos cosas. Por su tremenda "patada volandera" y por pronunciar la más enigmática frase de filosofía futbolística: "¿Molesta si voy al servicio?". Con la técnica de la patada volandera, Aznar acusó a Zapatero de continuar negociando con ETA, justo la noche que los terroristas destruían una sede socialista en Euskadi. En el derrape electoral, habrá nuevas revelaciones y así sabremos, por fin, de la cumbre en Moncloa de Zapatero con Bin Laden, Josu Ternera, Marulanda Tirofijo, Henry Kissinger y El Solitario, donde se decidió la subida del precio de la leche, la independencia de Kosovo y el boicot a las rebajas en El Corte Inglés. Aunque para mí, pero no para el periodismo vigente, el mayor derrape tuvo lugar justo al comienzo de la campaña, cuando Rajoy anunció con contundencia irrevocable que para la Memoria Histórica no destinaría "ni un duro". Ahora ya sabemos en cuánto valora este señor los esfuerzos familiares por recuperar los desaparecidos del holocausto español, los que perdieron la vida en los campos de exterminio nazi, el sacrificio de quienes lucharon por la democracia y los años robados a cientos de miles de exiliados. Hablando de precios, todo eso no vale "ni un duro".

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