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Una formalidad atrasa el desalojo de la sala Beckett

Una mera formalidad en un plazo ha salvado momentáneamente a la sala Beckett de tener que desalojar el local que ocupa en Barcelona desde hace 20 años y que le reclama la inmobiliaria Núñez y Navarro, al haber considerado la juez que el contrato de alquiler firmado en su día no tiene carácter indefinido. Una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 54 ha desestimado la demanda de desalojo promovida por la inmobiliaria porque no fue presentada dentro de los 15 días siguientes a la fecha de vencimiento anual del contrato, lo que, según la juez, supone un consentimiento tácito de la propiedad para que el arrendatario continúe un año más.

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