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Un debate muestra las diferencias sobre política exterior de los dos grandes partidos

El único debate real de la campaña sobre política exterior lo protagonizaron ayer en el Fórum Europa de Nueva Economía el secretario de Estado de Exteriores y candidato del PSOE por Málaga, Bernardino León, y el portavoz del PP en esa materia en el Congreso, Gustavo de Arístegui. Pese a la oferta de éste de un gran pacto de Estado, se confrontaron dos concepciones muy diferentes de la política exterior que alejan un posible consenso.

Por ejemplo, sobre Cuba. Pues si Arístegui acusó al Gobierno de haber "insultado, olvidado y marginado" a la disidencia en vez de apoyarla como, según él, hizo Aznar, y de contribuir a la "sucesión castrista, no a la transición", León dejó marcado que nunca había habido el actual nivel de interlocución con todas las partes, con el régimen y con los disidentes. "Somos nosotros", agregó, "los que propiciamos la transición dentro del régimen", amparándose también en la visita a La Habana del secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, que actúa en la misma dirección que España.

"Marxistas de los 70"

Fue un debate crispado, con un tono agresivo por parte del representante del PP, frente al más pausado y más informado de León. Uno de los momentos más tensos se produjo cuando éste le recriminó al popular el haberse "olvidado" de las víctimas del terrorismo en su intervención inicial y subrayó que el Gobierno de Zapatero les ha prestado atención y dedicado "un esfuerzo enorme" en su política exterior. Uno de los comentarios más ridículos fue cuando Arístegui acusó al Gobierno de una política exterior digna de "los marxistas de los 70 y no de los socialdemócratas del siglo XXI".

El debate fue una confrontación entre los años del PP y Aznar frente a los del PSOE y Zapatero en el Gobierno. Del futuro, de los programas, o de lo que hay que hacer en los próximos e importantes cuatro años, poco se habló.

Arístegui transmitió el mensaje de que España ha perdido peso con Zapatero. León defendió que este país ha ganado capacidad de interlocución con Marruecos, con América Latina y, en Europa, con Francia y Alemania, mientras que "el único aliado" de Aznar en la UE fue "el derecho de veto". León se mofó de que dos grandes objetivos de la gestión de Aznar, la entrada de España en el G-8 y la guerra de Irak, acabaran en "grandes fracasos".

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