Técnica pionera para reemplazar una válvula del corazón sin cirugía

Las enfermedades de las válvulas cardiacas, encargadas de regular el bombeo de la sangre del corazón al cuerpo, afectan cada vez a más personas conforme envejece la población mundial. Más de un tercio de los pacientes mayores de 75 años no se pueden operar porque la intervención es arriesgada. La cirugía que actualmente se practica requiere abrir el pecho del paciente y parar el corazón durante la intervención. Mientras dura la cirugía, una máquina se encarga de hacer el trabajo del corazón, bombeando la sangre.

Los ancianos con salud delicada y con la válvula aórtica dañada que no pueden pasar por este tipo de intervención empiezan a tener alternativas. Una nueva técnica, la implantación de prótesis percutáneas, en la que no es necesario parar el corazón y además tan sólo requiere una punción en la ingle, empieza a mostrar buenos resultados. La primera intervención se realizó en Francia en el año 2002, aunque todavía se encuentra en fase experimental.

En el hospital de Laval, en Quebec, Canadá, están monitorizando a 23 ancianos entre 70 y 92 años a los que se ha sustituido su válvula aórtica utilizando esta técnica pionera, según presentó Josep Rodés, investigador español que trabaja en este centro canadiense, durante el III Simposio Internacional Esteve de Cardiología. Los resultados son buenos "aunque el seguimiento de la tecnología todavía es muy corto, no llega a 10 años, para decidir si extenderlo a toda la población", afirma Rodés.

Con una pequeña punción se introduce en la arteria femoral (en la pierna) un catéter para hacer viajar hasta el corazón un stent, un cilindro con un balón y una nueva válvula biológica (de origen bovino o porcino). Cuando alcanza la aorta dañada, el balón se infla, aplasta la arteria enferma y la sustituye por la nueva.