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Reportaje:

El lujo entra en la cárcel de Tejero

El castillo de La Palma, donde el golpista estuvo preso, será un balneario en 2010

Los castillos guardan tantas historias como años tienen sus piedras. El castillo de La Palma, un fortín militar que se asoma al agua en Mugardos, al sur de la ría de Ferrol, no es una excepción. Construido en 1597 y reconstruido y remodelado siglos después (1869), tiene un currículum pintoresco con usos dispares que van desde atalaya marítima para velar por la flota española frente a las incursiones de la armada británica, hasta prisión militar y vivienda forzosa del ex teniente coronel golpista Antonio Tejero. En 2010 será un hotel de gran lujo.

En abril del 1981, pocas semanas después de la intentona golpista del 23 de febrero, de la que el sábado se cumplieron 27 años, el teniente coronel Antonio Tejero Molina fue trasladado a la cárcel militar de La Palma desde la prisión de Alcalá de Henares, donde permanecía recluido a la espera de juicio. El gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo quería alejarlo de la cárcel madrileña, donde recibía más visitas de las deseables y lo envió a esta prisión del noroeste penínsular, de difícil acceso y peores comunicaciones. La reclusión de Tejero en la comarca, aunque breve, se convirtió en la "atracción turística" de la zona. Fernando, un mugardés que conoce el castillo como la palma de su mano, recuerda que en poco más de tres meses llegaron a la villa tantos autobuses de Madrid "que atrancaban el pueblo".

Los ultraderechistas abarrotaron en 1981 Mugardos para ver al ex teniente coronel
Su prisión "sin barrotes" se convertirá en un 'spa' de 80 suites

"Venían los de Fuerza Nueva [organización política de extrema derecha] y otros de la misma cuerda en excursiones para ver a Tejero", recuerda. "Era como una atracción. Venían con sus banderitas y a los de Mugardos nos llamaban comunistas". Tejero, ex teniente coronel de la Guardia Civil, estaba custodiado permanentemente por un destacamento del Ejército y vivía en una suerte de vivienda "sin barrotes".

"Su presencia revolucionó la ciudad", relata José Vidal, un veterano sindicalista. En Ferrol, base naval de la Armada y con una fuerte presencia militar, "eran muchos los que se acercaban al castillo de San Felipe [justo enfrente del fortín] para ver si veían a Tejero con unos prismáticos". Cuentan que entre ambas fortalezas, situadas en la parte más estrecha de la ría, se tendía una cadena en tiempos de guerra para refugiar los navíos españoles.

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Unas semanas después de ingresar en La Palma, el militar fue trasladado de nuevo para ser juzgado y al castillo le llegaron dos décadas de ruina y abandono. La fortaleza, propiedad del Ministerio de Defensa y Bien de Interés Cultural, cambió de manos en 2003 en subasta pública y fue adjudicada a Diana Grandes Hoteles (DGH), Maxi Logistic y el grupo coruñés Invertaresa por 1,4 millones de euros. Los nuevos propietarios, agrupados en la sociedad Castillo de la Palma-Mugardos, SA, planean convertirlo en un balneario de lujo a pie de ría con 80 habitaciones tipo suite, spa y centro de convenciones con una inversión que supera los 15 millones de euros.

El proyecto lleva cinco años atascado en trámites burocráticos, estudios y catas arqueológicas en los que median tres administraciones distintas: la Demarcación de Costas; Patrimonio, Medio Ambiente y Urbanismo de la Xunta; y el Ayuntamiento de Mugardos. El alcalde, Xosé Fernández Barcia (BNG), asegura que los permisos para la rehabilitación enfilan la recta final.

El grupo inversor, que ha recuperado antiguos palacetes en Toledo y Marrakech (Marruecos), deberá respetar el legado histórico del edificio. Una gran cúpula acristalada y espacios diáfanos es una de las soluciones arquitectónicas que barajan los promotores. El martes tuvo lugar en Santiago la última reunión entre Política Territorial y el gobierno local para avanzar en una modificación puntual del PXOM mugardés que transforme el uso público del patio interior del castillo en hostelero a cambio de una permuta de 9.000 metros cuadrados de terrenos en As Roibeiras que irán a parar al Ayuntamiento. "Si todo marcha, quizás tengamos el hotel en 2010", confía Barcia.

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