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El Pocero paga a Hacienda tres millones y deja 1.200 euros de 'propina'

Hernando elude la cárcel tras acceder el juez al pago fraccionado de las multas

Francisco Hernando, conocido como Paco el Pocero, se ha mostrado generoso con el mismo fisco que le sentó en el banquillo por cuatro delitos fiscales y consiguió condenarle a cuatro años de prisión. Hernando, para evitar la cárcel, ha saldado su deuda tributaria, con intereses incluidos, y le ha dejado al fisco una propina de 1.200 euros, según fuentes cercanas al fisco.

El Pocero es uno de los hombres más ricos de España: el yate que se construye es el más grande y lujoso del país y, además, tiene una flota de aviones. Su fortuna se la debe al ladrillo.

El pasado mes de noviembre, El Pocero pidió al juez que le aplazase el pago de las multas derivadas de la sentencia. La deuda tributaria en sí, distinta de las multas, la pagó antes del juicio tras un pacto con el fiscal y con vistas a que la sentencia fuese más benevolente con él. Tras pagar la deuda tributaria, él mismo, a través de sus asesores, confeccionó la liquidación de los intereses de esa deuda. Es decir, pagó el principal pero quedaban los intereses. El dinero de la liquidación de intereses lo depositó en el juzgado, que, a su vez, lo remitió a la Agencia Tributaria. Cuando llegó el dinero, en Hacienda se llevaron una sorpresa. Le hicieron las cuentas y observaron que sobraban 1.200 euros. La deuda superaba los tres millones de euros.

El juzgado comunicó al Pocero que se había excedido. Sin embargo, Hernando contestó que renunciaba a ese dinero. Vino a decir que no valía la pena el jaleo burocrático que debía emprender para recuperar los 1.200 euros. El dinero, pues, se lo quedará el fisco.

El Pocero se hizo famoso por ser el promotor de la gigantesca y polémica urbanización de Seseña (Toledo). Más de 14.000 pisos levantados en el límite de las provincias de Madrid y Toledo, al lado de la autopista de peaje Radial 4 y 30 kilómetros de la capital. Aunque ha dejado esa propina a Hacienda, El Pocero aún no ha terminado de saldar los casi cuatro millones de euros en sanciones que le impuso la justicia como autor de los cuatro delitos fiscales que cometió hace 17 años. Una cosa es la deuda tributaria y los intereses y otra las sanciones judiciales derivadas de los delitos fiscales.

En noviembre pasado, el Pocero pidió al juzgado que le permitiese pagar a plazos tales sanciones. Si no las pagaba, le acechaba la cárcel. El fiscal se opuso al aplazamiento alegando que alguien "con el poder económico" de Hernando debía abonar la totalidad de las multas impuestas en la sentencia: 3.880.000 euros, casi 650 millones de las antiguas pesetas.

En este caso, él replicó que no siempre es posible disponer de inmediato y en metálico de tanto dinero. Adujo que era "discriminatorio" respecto a otros casos obligarle a pagar de un tirón tanto dinero, y más después de que había satisfecho su deuda con el fisco. Argumentó que se le había juzgado de acuerdo con el Código Penal de 1973, que no obliga a satisfacer las multas para eludir la cárcel si el afectado hace lo posible por abonarlas. El actual código, respecto a los delitos tributarios, sí obliga al pago anticipado si se quiere esquivar la cárcel. Al ser condenas individuales inferiores a dos años (la condena es de un año de prisión por cada delito) el juez puede dejarle la pena en suspenso.

Al final, el juzgado le ha permitido aplazar los pagos. Ya ha pagado dos de los tres plazos y eso ha evitado que entre en la cárcel, como pidió el fiscal en caso de impago.

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