"El cheque bebé me viene bien, pero es electoralista"
Uno de los 200.000 perceptores de los 2.500 euros pide políticas sociales "más coherentes"
Alejandro Llorens se considera un tipo normal: 35 años, casado, abogado, clase media -que define como un "ir tirando para pagar la hipoteca"- y mucho trabajo para sacar adelante un despacho en Tarragona y sobre todo una familia que crece por momentos. Su segundo hijo, Quique, nació el pasado julio, poco tiempo después de que el Gobierno se sacara de la manga el cheque bebé de 2.500 euros para fomentar la natalidad. Controvertida y polémica, la ayuda "viene bien, muy bien". Eso de entrada. "Estoy a favor de esas ayudas. Pero creo que una política social coherente no puede estar basada en los subsidios y requiere una enorme planificación previa, que no ha existido en este caso. Como con los 400 euros, me parece populista, vacía de contenido. Electoralista".
Los 2.500 euros -que han cobrado ya 200.000 familias desde noviembre- los reciben por igual un alto ejecutivo y un mileurista: "No hay nada de la justicia distributiva que debe tener un buen sistema fiscal". Para este tarraconense de pro, el cheque "debería ser la guinda de una batería de medidas, y en cambio parece el ariete de la política social del Estado".
No todo son críticas. "Sobre el papel es una buena medida. Hay un problema de baja natalidad y a mucha gente le viene bien ese dinero. Pero tal vez fuera más útil en otro lado". ¿Dónde? "Es duro pagar impuestos y no tener libertad de elección en la escolarización de los hijos. Es duro salirse del sistema porque lo público no termina de funcionar". "No hay guarderías, la saturación de los servicios públicos de pediatría es formidable. Un país tiene que estudiar muy bien dónde inyecta gasto público", argumenta.
Más allá del cheque, Llorens asegura que en su bolsillo no se han notado las últimas rebajas fiscales, a pesar del marketing político. "No veo que hayan bajado los impuestos, algo que yo vería como positivo", defiende antes de echar de menos propuestas "más sensatas y menos frívolas". Ve bien promesas como eliminar el impuesto del patrimonio o reducir el de sucesiones, ante la presión fiscal que soportan las empresas. Pero también en este punto reivindica cambios. "No es normal que se pague más a Hacienda por una herencia en Cataluña que en Madrid. Ése es un problema que debe resolver el Estado", concluye.
¿Qué hace el contribuyente con los 2.500 euros del cheque? "Eso sí es un misterio. Conozco a gente que se ha operado la vista. Algún político debería hacer lo mismo", ironiza.
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