Debate electoral sin interés para los universitarios

Al menos cuatro de los apenas medio centenar de asistentes se fueron igual que llegaron, sin haber sido convencidos de nada. De los más de 13.000 estudiantes matriculados en la Universidad Jaume I de Castellón, apenas una cincuentena acudió ayer a un acto político organizado por el Consell de l'Estudiantat de la institución académica, denominado Yo también tengo una pregunta para usted, en el que los representantes de los cuatro partidos con representación parlamentaria respondieron a las preguntas de los alumnos. El formato, mucho más atractivo que el habitual debate, contó con los cabezas de lista por Castellón del PSOE, Jordi Sevilla, de Esquerra Unida, Concha Amorós, y del Bloc, Alfred Remolar. El número uno del PP, Juan Costa, no acudió y, por este partido, participó el número tres, Miguel Barrachina. "Era lo que esperábamos, a tres semanas de las elecciones", aseguraron Javi y Alejandro, estudiantes de Informática, quienes, al igual que Sergio, abandonaron la sala transcurrida una hora sin haber sido "convencidos de nada". Lo que sí sorprendió a los tres fue "cómo se reparten", en referencia a las críticas que todos los candidatos aprovecharon para hacer sobre sus contrincantes políticos. El "tono" no sorprendió a Sebastián, alumno de la Facultad de Derecho, que se quedó hasta el final pero no aplaudió a ninguno.

La inmigración, el canon digital, los derechos de los homosexuales, la Iglesia, el bipartidismo o la lengua fueron algunos de los temas escogidos por los estudiantes que acudieron a la cita de la Jaume I. También se habló de las licencias de taxis, aunque éstas son de competencia municipal y autonómica, del retraso del aeropuerto y, eso sí, hubo un par de preguntas sobre el proceso de Bolonia y la concesión de becas. Sin embargo, la fórmula resultó monótona ya que las preguntas habían sido formuladas a través de correos electrónicos, con lo que no se oyeron más voces que las de los candidatos y la del moderador. Aún así, se permitió que los alumnos presentes formularan alguna otra cuestión, pero por escrito. Aunque, en algunos casos, los candidatos intercalaron otro tipo de propuestas y argumentos, en ocasiones, muy lejanos a las cuestiones formuladas. Sevilla mantuvo un tono serio y sutil y Barrachina llegó cargado de datos. Amorós y Remolar actuaron como grupos minoritarios y ninguno de los cuatro candidatos resultó sorprendente.