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Patrimonio pide un plan para proteger la muralla militar de la Ciutadella

Àngels Piñol

Barcelona tiene un tesoro debajo del parque de la Ciutadella: la muralla y la contramuralla de la fortificación militar del siglo XVIII, que quedó sepultada bajo el parque construido con motivo de la Exposición Universal. El doble muro emergió en noviembre pasado durante las obras del polideportivo del Casc Antic, en el paseo de la Circumval·lació. Los trabajos quedaron paralizados hasta ayer, cuando la Comisión de Patrimonio de la Generalitat desbloqueó el proyecto al aprobar la propuesta de los arquitectos para conservar la doble muralla. La Generalitat no quiere que el episodio se repita y ha instado al Ayuntamiento a que apruebe un plan de protección especial de la Ciutadella para poder compaginar los planes urbanísticos del Consistorio con la preservación de los restos de la fortificación.

"Se trata de saber qué proyectos prevé y de hacer los estudios arqueológicos oportunos para no encontrar sorpresas proyecto a proyecto", señalaron fuentes de Patrimonio. El Ayuntamiento elaboró hace años un plan director del parque, pero aún no ha aprobado un plan especial, que implica paquetes urbanísticos. Presionado por el Parlament, que quiere ganar espacio para mejorar sus servicios, el Ayuntamiento está ultimando el nuevo diseño de la Ciutadella, que sufrirá una profunda transformación con el traslado de parte del zoo. El Parlament planea construir un aparcamiento subterráneo y Patrimonio teme que se reproduzca el problema de la doble muralla del polideportivo, ayer ya desbloqueado.

Una joya en el subsuelo

El despacho de arquitectos Batlle-Roig detectó en su día con las catas la presencia de la muralla, que se podrá ver desde la piscina, pero no así la del segundo cinturón de piedra, al no ser exactos los planos de la antigua fortaleza militar, en forma de estrella. Los arquitectos plantearon una primera solución para ajustar el edificio, pero la comisión la rechazó porque la muralla quedaba demasiado afectada. Ayer, sin embargo, dio luz verde a la segunda propuesta, ya que supone un perjuicio mucho menor para la contramuralla (tiene cuatro metros de alto y se desmontarán 36 centímetros) y ésta se podrá contemplar desde la calle a través de una especie de ojos de buey.

Miembros de Patrimonio aclararon que la parte afectada no se pierde porque se documentará y quedará almacenada. La doble muralla está considerada Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) y el parque está catalogado como Jardín Histórico. Es la primera vez que ha aflorado del subsuelo parte del muro de la vieja fortificación, una joya, según los arqueólogos, que está muy por encima de su siniestra historia.

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