CiU pierde una moción sobre Kosovo al llegar tarde 11 de sus 48 diputados

Convergència i Unió (CiU) rozó ayer el ridículo al perder una votación en el Parlament por la inexperiencia de su portavoz, Oriol Pujol, y por la impuntualidad de 11 de sus 48 diputados. Los nacionalistas vieron frustrada por errores propios la votación que ellos mismos habían impulsado para pedir el reconocimiento de Kosovo por parte de Naciones Unidas. La moción ni llegó a votarse.

Todo empezó a las diez de la mañana, hora prevista para dar comienzo al pleno semanal. A aquellas horas hasta 11 diputados de CiU y otro de Esquerra Republicana (ERC), Joan Puigcercós, no habían llegado al Parlament. Esto fue aprovechado por los socialistas, con la connivencia de ERC y de Iniciativa (ICV-EUiA), para pedir la votación de un asunto que creaba cierta incomodidad en las filas del Partit dels Socialistes (PSC). Se trataba de decidir si se modificaba o no el orden del día para que el Parlament se pronunciara acerca de si Naciones Unidas debe o no normalizar la situación política en Kosovo.

De nada sirvió que Oriol Pujol tratara de alargar sus minutos de exposición del voto. No llegaban los diputados. Se votó. El resultado fue de 57 votos a favor de CiU y ERC contra 62 votos negativos del resto.

Enfado por los novillos

Los diputados de CiU salieron cabizbajos, enfadados con los compañeros que habían hecho novillos y, algunos de ellos, molestos también con el que desde hace cinco meses es portavoz del partido: Oriol Pujol. "Con Felip Puig no habría pasado", dijeron. El portavoz es el responsable de alertar de las votaciones importantes a sus diputados y evitar, así, situaciones sonrojantes como la de ayer.

La secuencia fue la siguiente: El presidente de la Cámara, Ernest Benach, anunció que la solicitud de CiU para ampliar el orden del día e incluir así la resolución sobre la normalización política de Kosovo se votaría tras debatir el primer punto de la sesión, relativo a la interposición de un recurso a la ley estatal de desarrollo rural. Pero entonces emergió la vivaz figura del portavoz del PSC, Miquel Iceta, quien se percató de la ausencia de hasta 13 diputados nacionalistas y propuso adelantar la votación a ese mismo momento.

Se dio una situación digna de una película de Alberto Sordi en la que Oriol Pujol pidió subir a la tribuna de oradores para defender durante tres largos minutos su solicitud, con la vista puesta en la puerta para ver si llegaban más diputados de su grupo.

No se dio el milagro, pero antes de realizar la votación entraron corriendo Benet Maimí y Antoni Fernández Teixidó, que ni tuvieron tiempo de quitarse el abrigo. Como defensa, Oriol Pujol denunció una "jugarreta tramposa" del PSC, ERC e ICV-EUiA para que no se votara la resolución. Eso sí, Pujol admitió un error "imperdonable".

Fuentes nacionalistas dijeron que CiU creía que el debate sobre el recurso a la ley de desarrollo rural formaba parte de un pleno específico, separado del ordinario, pero Benach aclaró que, tal como establece el nuevo reglamento -vigente desde el año 2006-, el debate se había incluido dentro del ordinario.