Especialistas en música minoritaria
Un reducido número de locales concentra la oferta de conciertos de 'blues', jazz, flamenco o 'rockabilly'
Con unas 6.000 actuaciones al año, la oferta de conciertos de música popular en Euskadi resulta inevitablemente variada. Sin embargo, en las programaciones de los locales más activos prevalecen el pop, el rock y sus distintas variantes. Para disfrutar en vivo de otros estilos no suele bastar con mirar agendas que sólo atienden a los recintos de mayor aforo o actividad. Hay que tomarse más molestias para descubrir los pocos locales que concentran habitualmente la oferta de estilos como el blues, el jazz, el post hardcore, el flamenco y el rockabilly.
Son estilos minoritarios y poco frecuentes fuera de los circuitos especializados. No cuentan con una demanda realmente importante y no resultan rentables para promotores y dueños de salas. Eso les recluye la mayoría de las veces a locales regentados por incondicionales del género, en muchos casos de tamaño reducido y con programación irregular en el tiempo, pero que para los aficionados se convierten en pequeños santuarios.
Incondicionales de cada género regentan la mayoría de los locales
Uno de esos templos es el Altxerri Jazz & Bar, que procura acoger semanalmente dos o tres actuaciones de jazz en San Sebastián, en su mayoría gratis. "Igual no hay locales dedicados al jazz porque no hay aficionados. Nosotros siempre hemos perdido dinero con los conciertos de pago", indica Juan Ignacio García, responsable de la galería y el bar Altxerri, con aforo para unos cien aficionados.
Similar capacidad tiene La Bodega de la Sociedad Bilbaína, sede del Bilbaína Jazz Club, donde cada jueves se pueden contemplar actuaciones de jazzmen como Benny Lackner, Bruce Arkin o Fredrik Carlquist. A corto plazo seguirá siendo así, aunque la meta final de la asociación, fundada en 1991, es desaparecer. "Ése es el objetivo, pero para desaparecer tendría que haber seis locales en Bilbao con una programación estable de este nivel, que no sea de grupos comerciales ni de piano bar", apunta Gorka Reino, portavoz del club.
El flamenco es otro estilo popular, sobre el papel, pero su oferta también resulta limitada en Euskadi. A ello quiere poner fin el ciclo Vive Flamenco, con el que los responsables de Rockstar Live pretenden trasladar el ambiente de los tablaos a ese local baracaldés. La idea es brindar la oportunidad de presenciar cada fin de semana un espectáculo, con lo cual la oferta ya no se verá reducida a las propuestas del Ciclo BBK de Flamenco, los Viernes Flamencos de Barakaldo y el ciclo Flamenco Siglo XXI de Vitoria.
Entre los primeros artistas contratados figuran la Familia Maya, el cantaor El Falo o el guitarrista Jesús Torres.
Las salas más conocidas del circuito rockero, como el Kafe Antzokia bilbaíno o el Helldorado vitoriano, suelen programar distintas suertes de música alternativa, artistas que no frecuentan radiofórmulas, aunque con una sólida base de admiradores. Otros locales están aún más especializados. El sótano de la pizzería Xurrut, en Gorliz, y el bar Antzokia 18, en Bilbao, acogen regularmente a exponentes de la escena indie más subterránea, muy del gusto de los aficionados al post rock.
El mejor blues se escucha cada año en los festivales de Getxo y Hondarribia, pero en ocasiones se puede disfrutar también en el bar Residence, de Bilbao, donde también se presta atención al folk. Grupos de rock callejero y del punk rock más básico son habituales en los gaztetxes, mientras que el Crazy Horse, en Bilbao, dedica atención al rockabilly y otros sonidos característicos de los años cincuenta.
Las salas Tunk!, de Irún, y Jam, de Bergara figuran entre los locales de referencia para los aficionados al metal. Y a falta de un local emblemático como el Café Libertad 8 de Madrid, seguidores de la canción de autor recuerdan festivales celebrados en el bar El Parral, en Vitoria.
La difícil rentabilidad
El exceso de oferta ha convertido la profesión de promotor musical en más arriesgada económicamente de lo ya era de por sí. La competencia es feroz y cada vez resulta más difícil saber con qué artistas se va a lograr beneficio. Sin embargo, una cosa está clara: algunos estilos musicales no resultan rentables."Los más problemáticos al hacer taquilla son los estilos adultos, los que están fuera de grandes festivales: música electrónica, jazz, folk,... Los que no son comerciales no son rentables", explica Iñigo Argomaniz, director de Get In, que ha organizado ya casi mil conciertos. "Con el rock no pasa igual. Funciona casi todo. Y del hip hop también funciona alguna cosa", añade.José Ángel Serrano, responsable de Serrano Producciones, asiente: "Todo lo que no es mayoritario no es rentable". Y detalla: "Aquí el flamenco sigue sin serlo, y en Madrid, Cataluña y Andalucía funciona muy bien. El folk funciona relativamente bien aquí, en Asturias y en Galicia, y no en Andalucía. Y el jazz es una cuestión de tiempo: en julio va muy bien y el resto del año muy mal".Serrano ha organizado recientemente actuaciones tan celebradas como la de los Who en el BEC y recuerda con lástima el poco público que atrajo Estrella Morente en su estreno en Bilbao. Argomániz cuenta entre sus sorpresas positivas el éxito de Roxette en Anoeta y como tropiezos sonados destaca el escaso tirón de Ozzy Osbourne y de Bowie en San Sebastián.
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