Cajas

Era de esperar que en esta precampaña surgiera el debate sobre las cajas de ahorros. Hay que reconocer que el más dado a hablar es Manuel Chaves quien ha pasado de anunciar su deseo ya conocido de configurar una gran caja a desvelar, poco más tarde, que existen conversaciones entre los presidentes de determinadas entidades para cumplir este objetivo. Es curioso. Tanta insistencia contrasta con el desmarque de algunos de los presidentes de las cajas implicadas. Unos miran para el techo, se ponen de perfil y por delante de ellos sitúan a los suyos para precisar que no es el momento de hablar de este tema. Ahora no toca, señalan, y rezan para que les dejen tranquilos. Otros, en cambio, son más rotundos. Es el caso de Antonio María Claret García, el presidente de Caja Granada, quien procura dejar claro que va por otro lado, pertenece a otro reino, poniendo así tierra de por medio en una actitud que, por cierto, contrasta con la encendida defensa que hacía, en su ya lejana etapa de parlamentario andaluz y responsable del Área Económica del PSOE, en favor de las fusiones y de un potente sistema financiero andaluz.

Pero estamos en otros tiempos y ahora lo que procede es resistir. Sin embargo, la coyuntura económica, adversa para los más débiles, marca un escenario favorable a los procesos convergentes. Al menos, así lo entiende el presidente de Unicaja, Braulio Medel, quien se encarga de matizar que, hasta ahora, de negociaciones, nada de nada. En él sí que se observa un verdadero afán de llevar a cabo operaciones de crecimiento cuanto antes aunque reconoce que cualquier movimiento tendrá que esperar a después de las elecciones. En todo caso, Chaves ya ha anunciado que una actuación en este sentido debe corresponder a las propias cajas tratando de mostrarse, de esta forma, respetuoso con su autonomía para que conformen las fusiones que más les interesen. Eso no supone que la Junta no tenga su propio modelo. Todo apunta a una fusión de Unicaja y Cajasol. Desde CCOO, sindicato de gran peso específico dentro de la caja, aunque cada vez menos, no quieren prisas. Antes se tiene que digerir la integración de El Monte y Caja San Fernando y se ha de culminar dicha fusión, liderada por Antonio Pulido, lo que incluye la renovación de sus órganos de gobierno, allá por el otoño de 2009. De modo que paciencia. Pero lo que está claro es que todo tendrá que hacerse con transparencia, de ahí que Javier Arenas haya pedido luz y taquígrafos, precisamente lo mismo que se le reclama a él para conocer al detalle las negociaciones que mantuvo, en su despacho oficial de ministro, con el entonces presidente de Cajasur, el díscolo Miguel Castillejo.