EHAK afronta su hora de la verdad

El 30 de diciembre de 2004, el grupo parlamentario de la ya ilegal Batasuna despide su trabajo en el Parlamento cediendo al tripartito tres votos para la aprobación del plan Ibarretxe.

Menos de seis meses después, el nuevo grupo de la izquierda abertzale, que ha mejorado sus posiciones en dos escaños bajo las siglas de PCTV-EHAK, opta por el mismo comportamiento: pasa al candidato Juan José Ibarretxe dos de sus votos para darle la investidura.

Fue el primer signo de una identidad de estilos, favorecida además por la misma situación de privilegio ante el empate técnico entre el Gobierno tripartito (32 escaños) y la oposición no nacionalista (33).

EHAK vetó a Atutxa pero dio sus puestos a Izaskun Bilbao e Ibarretxe

El grupo se sabe imprescindible para Ibarretxe en el pleno de junio

En medio, EHAK se llevó por delante a la bestia negra del PNV para Batasuna y ETA por su trayectoria como consejero de Interior: Juan María Atutxa. Los abertzales dijeron al PNV claramente que votarían a su candidato frente al socialista Miguel Buen, siempre y cuando no fuera Atutxa. El PNV tuvo que sacrificarle para conservar el puesto después de diez votaciones empatadas y le sustituyó por Izaskun Bilbao. EHAK cumplió su palabra y Bilbao salió elegida gracias a sus nueve escaños. Pese a ello, EHAK quedó luego excluida de la Mesa de la Cámara, según su portavoz, Nekane Erauskin, "en venganza" por su veto a Atutxa.

El grupo que hoy comparece ante el juez Baltasar Garzón y el día 8 ante el Tribunal Supremo sí obtuvo luego la presidencia de una comisión, la de Mujer y Juventud.

Su falta de experiencia, sus relaciones más normalizadas con otros grupos y sus incursiones en cuestiones de corte social y sectorial no han impedido el mantenimiento de un discurso pétreo en lo relacionado con "el conflicto" y el enrocamiento en la negativa a condenar a ETA. Sus comparecencias ante la prensa son siempre leídas. Ante preguntas incómodas, sus portavoces repiten lo ya leído o se refugian en su "norma" de no pronunciarse sobre asuntos ocurridos fuera de la Cámara. Por ejemplo, los atentados de ETA o las acusaciones sobre el uso de los fondos que reciben del Parlamento.

En marzo de 2007 el grupo suscribió sorpresivamente una iniciativa del tripartito que incluía una condena del chantaje la extorsión y la violencia, pero tanto después de la bomba contra la T4 de Barajas como del asesinato de dos guardias civiles en Capbreton, ha eludido sumarse a las declaraciones de rechazo. La Y ferroviaria es en estos momentos su tema estrella, añadido a los relacionados con prohibiciones de actos o intervenciones policiales de la Ertzaintza, torturas, presos o la investigación sobre los sucesos del 3 de marzo de 1976 en Vitoria. En lo sectorial, la cultura vasca, EITB, los alardes de Irún y Hondarribia, el maltrato a las mujeres, el desarrollo rural o los asuntos relacionados con las centrales de ciclo combinado y la energía eólica han merecido su interés.

Llegada la hora de la verdad, EHAK emplaza ahora a Bilbao, presidenta de la Cámara gracias a sus votos, a que les parapete de la disolución.

EHAK reconoce que puede jugar sobre seguro: se sabe imprescindible para el lehendakari en el pleno de junio en el que pretende obtener el permiso para celebrar su consulta popular el 25 de septiembre.

Así las cosas, EHAK va a volver a decidir, gracias a la iniciativa del tripartito para blindar a Bilbao: serán sus nueve votos los que posicionen al pleno del Parlamento en el cumplimiento o no de las instrucciones judiciales que reciba la Cámara.

La partida que empezó el 30 de diciembre de 2004 con el apoyo de Batasuna al plan Ibarretxe no ha terminado.