El turismo confía en el tirón alemán para sortear la crisis

Nadie dice miedo. Pese al clima de incertidumbre por la crisis financiera que comenzó el pasado verano, el sector turístico -que ayer cerró la feria internacional Fitur- confía en repetir este año los resultados de 2007, un buen año en el que el número de turistas extranjeros alcanzó los 59,2 millones, un 1,7% más, y lo que es más importante, con un aumento tanto del gasto total (3,5%) como del gasto diario por persona (un 1,5%).

Las entradas de turistas extranjeros rozaron los 60 millones en 2007

El transporte aéreo empieza a mostrar una tendencia a la baja

"Nadie tiene una bola de cristal para saber qué va a pasar pero ningún operador nos habla de malas perspectivas", explica la secretaria general de Turismo, Amparo Fernández. La responsable política del sector es consciente de la gran dependencia del mercado británico (un 27,5% del total), que ya en 2007 dio síntomas de estancamiento, pero confía en la "recuperación" de la demanda en Alemania, el segundo país de origen de los turistas que llegan a España.

El sector supone cada vez menos porcentaje del producto interior bruto (PIB) español -el 10,8%, según el último dato del Instituto Nacional de Estadística-, pero sigue siendo una de las mayores industrias del país.

En esa línea, también el consejero delegado del grupo hotelero Barceló, Raúl González, confía en que el mercado alemán se mantenga fuerte para compensar la menor demanda interna, con una rebaja máxima prevista del 5%. Los españoles moderaron el gasto en turismo en 2007 debido al encarecimiento de las hipotecas y al aumento de precios de los productos básicos, que recortan poder de compra.

El último informe del lobby turístico Exceltur enumera las principales razones del parón de la demanda británica, que son "la desaceleración de su economía y la prevista depreciación de la libra frente al euro". Además, los británicos han mostrado "una notable preferencia por destinos competidores de los españoles como Turquía, al tiempo que en general han reducido apreciablemente al final del año sus salidas al extranjero".

Exceltur vaticina que los alemanes dispondrán de "mayor capacidad de gasto, entre otras razones, gracias al buen comportamiento del empleo", aunque asume que la competencia de Turquía y Egipto pondrá difícil la batalla. El país de los faraones recibió más de 11 millones de turistas en 2007, dos millones más que el año anterior, según datos del Gobierno egipcio. Marruecos y Turquía crecen también a cifras de dos dígitos.

Esa pujanza de los países mediterráneos hace ya años que encendió las alarmas en España, cuyo sector turístico busca alternativas a la típica oferta de sol y playa. El año pasado se vio un importante aumento del turismo urbano y cultural. Las pernoctaciones en hoteles urbanos crecieron el 6,3%, mientras que en los vacacionales apenas subieron el 0,7%.

Con estos mimbres, no queda más remedio que diversificar. Fernández señala la importancia de los países nórdicos e Italia, con un incremento del número de turistas enviados del 25% y del 50%, respectivamente, en los cuatro últimos años.

También de los orígenes más lejanos, como EE UU, cuyos visitantes crecieron un 22% en 2007, ya que España se beneficia indirectamente de la debilidad del dólar: los destinos europeos más caros (sobre todo Francia) sufren más y hacen competitivos los precios españoles.

Pero ese "prudente optimismo" del sector, como lo califica la secretaria de Turismo, podría tornarse en cierto escepticismo a tenor de otros vaticinios, sobre todo en el sector de transportes. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) asegura con rotundidad que 2008 no repetirá los excelentes resultados del pasado año en el mundo. "El menor crecimiento en diciembre pasado marca la tendencia para los próximos meses", comenta su primer ejecutivo, Giovanni Bisignani.

A las previsiones de menor avance de los viajes de avión en el mercado español tanto de Eurocontrol como de AENA se suma la visión a pie de obra de la directora de ventas internacionales de Iberia, Silvia Cairó. "Sí se nota que hay una caída, pero no es espectacular", señala.

Lo que sí parece haber acabado es la "visión excesivamente inmobiliaria del negocio hotelero", en opinión del consejero delegado de Barceló. El sector trata de ganar en calidad frente a la masificación con proyectos como el de la Playa de Palma, que implica a todas las administraciones para intervenir en esa zona. Fernández subraya la "insólita" cesión por parte de los municipios (Palma de Mallorca y Llucmajor) de sus competencias urbanísticas al consorcio que gestiona las actuaciones, que pretende ser un ejemplo para un cambio de rumbo del sector.