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Reportaje:

El viaje poético de Kounellis

El creador griego, maestro del arte povera, muestra en Santiago obras inéditas

Construir poesía visual con elementos aparentemente vulgares como barras de hierro, mesas o sillas de madera es la característica más sobresaliente de Jannis Kounellis, uno de los nombres con mayor reconocimiento del arte contemporáneo internacional en las últimas décadas, que a partir de hoy exhibe en la sede de la Fundación Caixa Galicia de Santiago sus piezas más recientes. El artista de origen griego, aunque asentado en Roma, ha trabajado intensamente en este espacio durante los últimos diez días para adaptar sus obras a las especiales características de la sala.

"Es una suerte poder estar aquí porque me interesa la cultura de esta ciudad y su lenguaje", explicó ayer Kounellis, quien lamentó la "expansión sin freno" que ha registrado el arte contemporáneo en los últimos años, lo que, a su juicio, ha provocado una caída de la calidad.

"Me interesa la cultura de esta ciudad y su lenguaje"
"Las piezas contienen elementos inéditos pero reconocibles"

El artista mostró su satisfacción por poder trabajar en un edificio histórico que todavía alberga los vestigios de un antiguo pozo, un elemento importante en el planteamiento del trabajo realizado por Kounellis, quien también ha tenido en cuenta la tradición espiritual que caracteriza a Santiago. El concepto de viaje, muy presente en la historia de una ciudad que es conocida por ser el final de un camino de peregrinación, es otro de los elementos presentes en la trayectoria artística de Kounellis.

En cada uno de los pisos del inmueble el artista ha realizado obras muy diversas entre sí. La planta baja acoge dos piezas, una de ellas realizada con mesas de madera y telas y otra que otra que procede de una galería romana y en la que el artista ha trabajado con materiales de unas características físicas tan distintas como las conchas marinas y el plomo. La densidad de unas grandes bolas de plomo que cuelgan de la pared contrasta con la levedad de las conchas adheridas a una tela.

En la primera planta se encuentran trabajos que suponen una novedad en la obra de Kounellis por el uso masivo de materiales metálicos como clavos o cadenas. El comisario de la exposición, Bruno Corá, destaca que son piezas que resultan coherentes con la evolución estílistica de un artista que se distingue por una "rápida ejecución" de sus piezas contrapuesta a una lenta evolución de un tipo de obra a otra.

El tercer piso alberga un conjunto de cuadros kounellianos que están formados por lienzos pintados de negro que, como señala Corá, no cuelgan de la pared sino que están apoyados en ella. La oscuridad de las telas está relacionada con el concepto de profundidad que sugiere la presencia del pozo. "El arquetipo del pozo está presente hace años en su obra como un emblema de la memoria profunda que acaba conduciendo al olvido", apunta Corá.

Pese a que las obras que ahora pueden verse en Santiago tienen una apariencia que puede sorprender a los conocedores de Kounellis, el comisario señala que hay una relación evidente entre estas creaciones y las que realizó a finales de la década de los 60. "Lo que ocurre es que a lo largo del último año ha habido una aceleración en los cambios que ha introducido en su obra. Es como si sintiese la necesidad de adelantar estos cambios por la realidad en la que vive", explica Corá.

Kounellis está considerado como uno de los principales representantes del arte povera, un movimiento que surgió a finales de los años 60 en Italia y que agrupaba a artistas que se caracterizaban por el empleo de materiales orgánicos o de uso cotidiano como madera, hojas, rocas o basura. Entre los artistas que formaban parte de este grupo se encontraban Germano Celant, Giovanni Anselmo, Luciano Fabro, Giusseppe Penone o Michelangelo Pistoletto.

Uno de los momentos destacados en la historia de este movimiento fue cuando Kounellis presentó una exposición en una galería romana en la que las obras eran caballos vivos. En el fondo de este tipo de acciones se encontraba el deseo de hacer evidente la huida del marco del cuadro. Las piezas que ahora presenta en Santiago contienen elementos inéditos pero al mismo tiempo reconocibles para los que hayan seguido la carrera de un artista que expone de nuevo en Galicia tras participar hace 11 años en una muestra colectiva celebrada en el CGAC.

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