Un pico de alergias agrava los daños que causa la contaminación

El Ayuntamiento de Madrid ha retirado la alerta por "partículas de aire africano", aunque la contaminación por el tráfico persiste. Los principales perjudicados son alérgicos, asmáticos, enfermos de EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva crónica), niños y personas mayores. Ayer se superaron los límites que fija la normativa europea al menos 16 veces en siete puntos de la ciudad. Pero son los alérgicos los que lo están pasando especialmente mal. Las altas concentraciones de gases del tráfico que irritan las vías respiratorias, como el dióxido de nitrógeno (NO2), han coincidido con un pico de polinización de la arizónica, un arbusto muy frecuente en las zonas residenciales.

"En épocas de mucha contaminación, los alérgicos, que ya de por sí tienen las mucosas inflamadas e irritadas, empeoran", explica Pedro Ojeda, secretario de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Durante la semana pasada visitó a un 20% más de pacientes.

Los asmáticos y los bronquíticos crónicos también acusan la polución, que, según el presidente de la SEAIC, Tomás Chivato, es responsable de cambios en el polen de las especies urbanas. Lo vuelven "más agresivo", afirma, "se pega a las partículas que emiten los motores diésel y penetra mejor en las vías respiratorias. La contaminación y el polen se potencian". Ni los que no padecen ninguna enfermedad respiratoria se salvan. "La contaminación per se tiene un efecto irritante sobre las mucosas", dice Chivato. Y es un factor determinante en el aumento de las alergias. Entre un 25% y un 30% de la población las padece.

Si sigue el tiempo soleado y cálido de estos días, que favorece la polinización y dificulta la renovación del aire, la alerta para los alérgicos se prolongará, afirman los expertos. La bonanza también está favoreciendo que la contaminación siga alta. Tras la tregua del fin de semana, ayer volvieron a producirse registros alarmantes de NO2. Por la noche (21.00) se superaban los 300 microgramos en Urbanización Embajada y en la calle de Alcalá, y estaban cerca Santa Eugenia y el Paseo de Pontones. La legislación europea fija un límite de 220.

"Los niveles altos de NO2 son un factor coadyuvante de las infecciones respiratorias", señala Julio Ancochea, jefe de Neumología del hospital de La Princesa y presidente de la Sociedad de Neumología. "La contaminación empeora enfermedades crónicas como el EPOC y el asma. En niños favorece la aparición de dolencias respiratorias".