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El Gobierno se plantea dejar EITB sin director hasta las autonómicas

El Ejecutivo pretende abordar el nombramiento "sin precipitación"

Entre las prioridades del Gobierno no figura en ningún momento el nombramiento de un nuevo director general de EITB tras la renuncia este mismo mes de Andoni Ortuzar para presidir el PNV de Vizcaya, ni prevé abordar la cuestión a corto plazo. El Ejecutivo se halla tranquilo por el hecho de que el funcionamiento y la gestión ordinarios del ente audiovisual están garantizados en manos de los cuatro directivos del ente que se han repartido las funciones de Ortuzar. La cuestión no se considera urgente y la posibilidad de esperar incluso hasta después de las elecciones autonómicas se halla claramente abierta y parece incluso la más probable.

El tripartito necesita conseguir seis votos de la oposición

"A la legislatura le queda poco. Si nombramos director ahora habría que volverlo a votar en el Parlamento después de las elecciones", se razona en medios del Ejecutivo. Mejor, por tanto, que el nuevo director "sirva para cuatro años", añaden las mismas fuentes.

Las dificultades que tiene lograr el consenso preciso para avalar con 38 votos al candidato aumentan por el período preelectoral de las generales del 9-M que ya está abierto, que empalmará en la práctica con el de las autonómicas, si como parece previsible el lehendakari Ibarretxe termina anticipando la convocatoria de las autonómicas, cuya celebración tocaría en principio en abril de 2009. Además, la reforma de la ley que rige el ente se halla en estudio en el Parlamento.

Con todo ello por delante, la posibilidad de esperar incluso hasta después de la renovación del Parlamento se encuentra asumida como la más probable, tanto en el propio Ejecutivo como en la cúpula del PNV, que nunca ha sido ajena a ese nombramiento.

"Eso puede suponer ocho o diez meses", señalan fuentes peneuvistas, que destacan que, "aunque la interinidad nunca es buena, sí es factible", incluso por un período de tiempo tan largo. La oposición constata la misma falta de prisa y, por ahora, se limita a esperar.

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Una vez que Ortuzar presentó su renuncia al lehendakari, para el tripartito la situación se reduce a que "ahora conoce oficialmente la situación y es consciente de su responsabilidad para proponer un nuevo director general".

Sobre los plazos previsibles, el Ejecutivo señala que su deseo sería regularizar la situación "en el menor tiempo posible", para a continuación transferir parte de la responsabilidad a la oposición: "No todo depende de la voluntad del Gobierno, sino también de los otros grupos parlamentarios". El Gabinete dice no tener "ninguna preferencia" respecto de los tres grupos con los que sumaría los votos que precisa: el PSE, el PP y EHAK. Y hablará con todos, se afirma.

En la visión del Gobierno, se trata de una cuestión "más compleja que complicada". Por poder, afirman las fuentes consultadas, la cuestión podría resolverse "en dos meses". Sin embargo, estas mismas fuentes admiten que es poco previsible que ello ocurra y su actitud será la de abordar la cuestión "sin precipitación" y "cuando se den las condiciones adecuadas". Es decir, cuando se vislumbren posibilidades de acuerdo para superar los 38 votos que exige el nombramiento en la Cámara y de los que el tripartito sólo suma 32.

"Es más importante obrar con cautela y bien que con rapidez", se añade, para prever la apertura de un período en que el Gobierno tendrá que "administrar con inteligencia y prudencia" los contactos en busca de esos seis votos.

En el Ejecutivo no se quiere especular con nombres ni perfiles de posibles sustitutos de Ortuzar. "Ni tenemos nombres, ni especular sobre ellos contribuiría a nada", afirman fuentes del Ejecutivo. Sobre el que más ha sonado, el actual director de ETB, Bingen Zupiria, uno de los directivos que se ha repartido las funciones delegables de la dirección general, se reconoce que tiene un perfil muy alejado del que hasta ahora han tenido los responsables del ente audiovisual: estrictos hombres de partido, muy vinculados al aparato del PNV. Zupiria no lo es, y además formó parte del equipo del anterior lehendakari, José Antonio Ardanza.

La opción por un perfil tan diferente supondría un cambio de calado en los usos históricos, aunque tiene a su favor mayor facilidad para buscar apoyoes en la oposición. Sobre la reforma de la ley, el Ejecutivo se muestra optimista.

Situación "impresentable"

Fuentes del Ejecutivo señalan a este periódico que "algo se ha empezado a hacer en el Parlamento desde los grupos que apoyan al Gobierno" sobre la situación de EITB. Sin embargo, tanto el PSE como el PP y EHAK niegan que haya existido ninguna aproximación, ni siquiera de simple mención del asunto.

Ninguno de ellos tiene la cuestión en su agenda como algo trascendental en estos momentos preelectorales, lo que no impide que critiquen una situación que coinciden en calificar de "impresentable". "Pero más impresentable ha sido mantener a Ortuzar siete años una vez cesado y lo han hecho", añade uno de los parlamentarios con los que ha hablado EL PAÍS.

El PSE, la formación con la que parece más factible que el Ejecutivo quiera buscar apoyo, en coherencia con otros acuerdos sellados en los últimos tres años, guarda un mutismo absoluto sobre las que podrían ser sus condiciones o el perfil de un candidato negociable.

El problema es del Gobierno; el PSE no tiene ninguna responsabilidad ni nada que decir ni proponer. En eso se resume la actitud socialista. La impresión en la oposición es que el Ejecutivo intentará prolongar la interinidad lo más posible, ante la evidente imposibilidad de sacar adelante un candidato del cuño que desearía.

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