_
_
_
_

Socios afines a Díaz Pardo buscan un pacto en Sargadelos

Camilo Nogueira fue clave en la asamblea del miércoles

"Creo que una pequeña puerta quedó abierta para un acercamiento de posturas". Con un prudente optimismo se manifestó ayer Camilo Nogueira, accionista fundador del Instituo Galego de Información (IGI), y figura clave en la junta de accionistas del centro que en la noche del miércoles centró la atención del mundo cultural, y parte del empresarial, gallego.

Díaz Pardo confía "en que se pueda resolver la situación de las empresas"

A pesar de que las previsiones se referían a un inevitable desplazamiento de Isaac Díaz Pardo del último cargo que mantenía en el grupo de empresas fundado por él, defectos de forma en el orden del día dictado por el juez impidieron que los representantes de Sargadelos y O Castro hiciesen valer su mayoría y procediesen a una moción de censura del consejo de administración.

Díaz Pardo aseguró, el día después de una junta de casi cinco horas, que confiaba "en que se pueda resolver la situación interna del conjunto de empresas". Desde el grupo Sargadelos afirmaron que "no están previstas declaraciones", pese a que antes de la junta del miércoles habían reconocido tener "un comunicado preparado". Para Nogueira, señalado por varios de los asistentes como "determinante, ya que de él salieron los argumentos", la solución pasa "por un respecto absoluto a la figura de Isaac". Un manifiesto firmado por los tres ex presidentes de la Xunta y más de cien intelectuales y políticos, y unas opiniones de Touriño salieron a la luz pública durante las últimas semanas en el mismo sentido.

"La primera batalla fue impedir que destituyesen el consejo de administración del IGI", relata Nogueira. Los actuales administradores de Sargadelos y O Castro pretendieron incluir la moción en el orden del día apelando al artículo 131 de la Ley de Sociedades Anónimas. "Pedían una censura pero no presentaron papeles para justificarla", explica, "y no se puede votar una cosa que no se conoce". Camilo Nogueira repitió en varias de sus intervenciones "la necesidad, para la vida de todo el grupo, de que no haya ruptura ni expulsión del fundador histórico", que considera fundamental para "la imagen y los intereses de la empresas".

El ex diputado nacionalista se refirió "a la insolencia y arrogancia con la que se presentó la dirección de Sargadelos" en la junta. A pesar de que el 75% de las acciones del IGI pertenece a Sargadelos, una importante minoría de esa empresa, alrededor del 30%, permanece bajo control de la familia de Díaz Pardo. "Las argumentaciones de los accionistas que hablamos a favor de la continuidad de Isaac [entre los que se encontraban Euloxio Ruibal, Xesús Alonso Montero, Luís Álvarez Pousa, Justo Beramendi o Tareixa Navaza]", opinó, "debilitaron dialécticamente la postura de la otra parte, y la presidencia las tomó en cuenta".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La presidencia del consejo del IGI era ejercida por Francisco Fernández del Riego, pero el secretario, Santiago Sineiro, no informó de la dimisión del histórico galleguista a los accionistas hasta la reunión del miércoles. El arquitecto técnico Víctor Rupén, antes vicepresidente del instituto, asumió el cargo en funciones. "Propuse que se cumpliera el orden del día dictado por el juez, que no incluía la modificación del consejo", indica Nogueira, "y un acuerdo que garantizase una continuidad; hablé con las dos partes y no percibí una negativa radical. Está en el aire". Para el académico Euloxio Ruibal, "se impuso el sentido común".

En el acta de la junta de accionistas, que el notario allí presente remitirá al juez, consta, por consideración del presidente en funciones Víctor Rupén, "la censura de algunos accionistas del actual consejo de administración". Santiago Sineiro, anteayer aún secretario del IGI, presentó su dimisión, pero mantiene su cargo en la dirección de Sargadelos, que preside José Luis Vázquez. Desde el centro de San Marcos calculan que en tres meses será convocada una nueva asamblea de accionistas por mandato judicial.

Los 11 trabajadores adscritos al IGI continúan sin cobrar. Los administradores de Sargadelos aducen que es el consejo del centro el que debe afrontar el gasto, contrariamente a su financiación histórica, derivada de los beneficios generados en las fábricas de cerámica. Pero la justicia ha dado la razón a seis de los asalariados que pidieron rescisión de contrato, con sentencias en las que se afirma que el IGI forma parte del grupo Sargadelos y que la caja es única.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_