Laureles para viviendas sociales

Un edificio de Viviendas de Promoción Pública (VPP) en Rota (Cádiz) del arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra ha obtenido el Premio Europeo de Arquitectura Ugo Rivolta, galardón que otorga por primera vez el Colegio de Arquitectos de Milán (Italia) a los proyectos realizados entre 2000 y 2006. El conjunto se ubica en la carretera de Rota a El Puerto de Santa María, frente a la base militar de Rota y son dos bloques paralelos de cuatro plantas que miran hacia un jardín interior.

"Es muy importante que se valore y se impulsen las viviendas sociales, una arquitectura que ha caído en el olvido en los últimos años. Durante las vanguardias históricas, el caballo de batalla del movimiento moderno fueron las viviendas públicas, porque son las que construyen ciudad; sin embargo ahora han pasado a un segundo plano. Actualmente todo el interés se concentra en las arquitecturas singulares, en las grandes infraestructuras culturales", comentó ayer Guillermo Vázquez Consuegra, quien a lo largo de su carrera ha firmado todas las promociones públicas que le ha sido posible. Vázquez Consuegra, que recibió el Premio Nacional de Arquitectura en 2005 y el Premio Andalucía en 2007, ha sido profesor invitado en universidades internacionales como Lausana, Bolonia, Buenos Aires y Syracuse (Nueva York).

El edificio de Viviendas de Protección Oficial (VPO) de la calle Ramón y Cajal en Sevilla fue una de las primeras obras con la que obtuvo fama en toda España. Después ha realizado, entre otras, 180 viviendas en la barriada de La Paz (Cádiz), 90 en la M-30 (Madrid) y 160 viviendas que está construyendo actualmente en el ensanche de Vallecas (Madrid).

El jurado del premio, presidido por el arquitecto David Chipperfield y del que también ha formado parte Mauro Galantino, ha seleccionado 18 proyectos finalistas entre los realizados en los 27 países de la Unión Europea más Suiza. El premio nace exclusivamente para promover la calidad arquitectónica en las viviendas sociales, concepto que el Colegio de Arquitectos de Milán define como: "La residencia realizada por iniciativa de promotores, tanto públicos como privados, vinculados a reglas de asignación referida a una demanda de vivienda que no encuentra respuesta en el mercado libre". Entre los finalistas quedaron también obras de Carlos Ferrater, Paredes Pedrosa, Camillo Botticini, Joao Álvaro Rocha y Frits van Dogen.

El premio, que se falló el pasado día 17 y se hizo público ayer, está dotado con 10.000 euros, la publicación de un catálogo y la realización de una exposición, que se presentarán en la 23ª Conferencia Mundial de la Unión Internacional de Arquitectos, que tendrá lugar en Turín del 29 de junio al 3 julio.

Las viviendas de Rota, promovidas por el Ayuntamiento de la localidad y la Consejería de Obras Públicas, son VPP, lo que quiere decir que se construyen con un presupuesto que es un 10% menos que las de VPO. "Una de las cosas de las que estamos más orgullosos en esta obra es que el metro cuadrado ha salido a 372 euros. Un precio al que ha sido posible ajustarse gracias al esfuerzo de la constructora, Seinsa 2000, que se ha implicado en un proyecto nada habitual en este tipo de construcciones, con elementos como las fachadas exteriores de hormigón visto", apunta el arquitecto autor, entre otras muchos, de edificios públicos como el Museo del Mar de Génova, el Museo Nacional de Arqueología Marítima en Cartagena o el Museo de la Ilustración en Valencia. En Andalucía ha realizado el pabellón de la Navegación de la Exposición Universal de 1992 en Sevilla, la torre de Telecomunicaciones en Cádiz y la remodelación del Palacio de San Telmo en Sevilla.

Aunque sus obras, al igual que todas las que se levantan como VPO, han tenido que cumplir a rajatabla con la normativa, el arquitecto considera que esas reglas están "anticuadas" y apuesta por su renovación. "Los usuarios actuales no son las familias tradicionales para las que se creó esa normativa, por lo que se produce un conflicto entre las nuevas formas de habitar y lo que ofrecen las administraciones públicas. Lo ideal sería apostar por espacios versátiles en los que los únicos elementos fijos sean baño y cocina y el resto pueda ser transformable dependiendo de las necesidades. La normativa actual es asfixiante, yo apostaría por entregar las viviendas casi en bruto", añade el arquitecto.