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Leves pérdidas en los comercios y empleados de brazos cruzados

Decenas de comercios, oficinas y pequeñas empresas de Badalona no pudieron ayer abrir sus puertas a primera hora. Y durante un buen rato, algunos de los trabajadores tuvieron que permanecer con los brazos cruzados. En una farmacia de Llefià se llegaron a vivir momentos absurdos. Sin ordenadores, no hay detector de código de barras. Y sin detector, no hay manera de saber el precio de un producto. "Así estamos toda la mañana, llamando a otra farmacia de Barcelona para saber cuánto vale un Gelocatil", relató Meri.

La joven aseguró que los productos que guardaban en la nevera "se han echado a perder". Idéntica queja expresaron José y María, una pareja latinoamericana que regenta una panadería en el barrio de Llefià. "El pan que habíamos elaborado ya no sirve. Y casi nadie entra a comprar", dijo la mujer.

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En decenas de oficinas y pequeñas empresas, la estampa más habitual a primera hora fue la de un puñado de hombres y mujeres esperando a que se hiciera la luz: "Sin electricidad no hay nada que hacer", dijo un trabajador de una entidad bancaria.

El nerviosismo se apoderó también de los comerciantes en Sant Adrià de Besòs. "Al entrar en la tienda he visto que el género estaba caliente", contó la dueña de la Carnicería Almendros, mientras se echaba las manos a la cabeza al recordar el apagón de Barcelona. "La caja del día ya nos la han fastidiado, porque trabajamos de 5.00 a 8.00, sirviendo desayunos", explicaron los propietarios del bar Cris-su.

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