Colección privada busca al público

Un lienzo de Picasso, El pintor y su modelo I (1963), fue hace 15 años la primera compra de una colección privada de arte contemporáneo que hoy merece ser considerada la mejor del País Vasco. Con más de 60 obras, reúne una nómina impresionante de las vanguardias históricas, desde Kandinsky a Braque, Dalí, Miró, Julio González o Chagall, y se complementa con los artistas españoles más importantes de la segunda mitad del siglo XX y figuras de primera fila internacional que se encuentran en plena actividad, como Richard Serra, Miquel Navarro, Tony Cragg y Anish Kapoor. El propietario de la colección se ha empeñado en que su nombre se mantenga en el más completo anonimato, pero las piezas se exhiben desde ayer al público en una exposición en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, donde permanecerán en depósito durante cinco años.

El coleccionista es un hombre "del entorno", en palabras del director del Museo de Bellas Artes, Javier Viar, sin "interés por alcanzar un protagonismo público" y necesitado de mantener "el sigilo" por razones de seguridad. Antes de comprar su primer picasso al galerista madrileño Guillermo de Osma, había adquirido obras de menor relevancia, fundamentalmente de artistas vascos, sin mayores pretensiones que decorar su casa. El lienzo llegó en el momento en que contaba con los recursos económicos imprescindibles, pero no con un proyecto de colección. Lo compró por unos 100 millones de pesetas (600.000 euros) y lo colgó sobre la chimenea de su domicilio.

Picasso despertó su vocación. Luego llegaron otros artistas, como Eduardo Chillida, que la intensificaron, hasta llegar a los 46 con que ahora cuenta su colección. Asesorado por Osma y la galería Carreras Múgica, de Bilbao, ha adquirido un conjunto de pintura y escultura que suma 63 obras, valoradas en más de 55 millones de euros.

El núcleo más importante compone la exposición Colección arte XX, que se mostrará de forma conjunta hasta el próximo 2 de marzo. Las obras se integrarán entonces en el recorrido cronológico del museo, enriqueciendo especialmente la presencia del cubismo con pinturas de Picasso, Braque, Gris, Gleizes y Léger, y del surrealismo, con piezas de Max Ernst, Picabia, Matta y Lam.

La colección arranca cronológicamente a fines del XIX con obras de Alenza, Sorolla y Anglada Camarasa, entre otros, que ya están en las salas de esa época. También están expuestas desde hace meses en el exterior del museo y en su vestíbulo, esculturas de Serra, Cragg, Chillida, Navarro y Kapoor. Fueron prestadas mientras se acababa de negociar el resto de la cesión que ahora confronta la colección privada con el público.