El peatón gana espacio en el casco histórico de Córdoba

El peatón gana terreno en Córdoba. El Ayuntamiento de la ciudad cerrará definitivamente al tráfico el entorno de la mezquita durante enero de este año. Desde el pasado mes de septiembre, la circulación de vehículos estaba ya restringida los fines de semana en esta zona, lo que ha provocado una reducción muy considerable del tráfico en las calles más turísticas de la ciudad. Según las mediciones realizadas por el Consistorio, se ha pasado de un volumen diario de circulación de 5.883 vehículos a los 600 coches.

El sistema elegido para controlar el tráfico en el entorno de la mezquita, un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es el de los bolardos móviles, que sí permiten transitar a los vecinos de la zona en sus coches y a los transportes públicos. Actualmente, Córdoba cuenta con 11 zonas declaradas áreas de circulación restringida (Acire), donde se emplea el modelo de los bolardos.

Pero la gran transformación del entorno de la mezquita y el casco histórico de la ciudad está todavía pendiente de ser concretada. El Ayuntamiento de la ciudad y la Junta de Andalucía ya se han mostrado partidarios de peatonalizar parte del paseo de la Ribera, un eje fundamental de conexión de la ciudad desde el este al oeste. La administración autonómica comenzará las obras de reurbanización de parte de esta avenida, que actualmente soporta una gran densidad circulatoria, el próximo mes de julio.

El proyecto tiene un presupuesto de nueve millones de euros y supone la creación de un nuevo bulevar arbolado sin aceras y en el que se reserva un espacio para el tránsito selectivo de vehículos de los residentes y los servicios públicos. El planteamiento de la Junta de Andalucía, que incluye esta actuación dentro de la remodelación que se está haciendo en el eje monumental de la ciudad, apuesta abiertamente por ese uso mixto, aunque es el Ayuntamiento el que tiene la última palabra.

IU, que gobierna la ciudad junto al PSOE, también se ha mostrado partidaria de avanzar hacia la peatonalización de parte de la Ribera. De hecho, el Plan Espacial de Protección del Conjunto Histórico proyecta restringir el tráfico en esta zona.

La capital cordobesa, como otras ciudades andaluzas, se ha planteado blindar su casco histórico al tráfico rodado. Una asignatura pendiente para la que en Córdoba se ha solicitado además la ayuda de la Cátedra de Movilidad de la Unesco, que ha analizado los pasos que deberían seguirse y que evaluará a lo largo de un año la gestión que del asunto se haga en la ciudad.

El mayor reto al que se enfrenta la capital cordobesa es la creación de aparcamientos. El objetivo es crear una red de estacionamientos públicos en el borde del casco histórico para que los conductores dejen allí sus vehículos. En este momento, se están concluyendo dos aparcamientos municipales en zonas aledañas al área peatonalizada.

Queda pendiente por resolver el problema del transporte público dentro del propio casco histórico, donde las estrechas calles y callejuelas impiden la circulación de autobuses por la Judería.