El 'boom' de las materias primas puede con la crisis
Alimentos y metales cierran un año espectacular
Ajustar, juzgar, elegir: la etimología de crisis remite a palabras amables. A un proceso de cambio. Pero los mercados no se andan con sutilezas cuando ven asomar el morro de una de esas crisis. El dinero se ha evaporado de las Bolsas en los primeros compases de 2008.
La mejora del nivel de vida en India y China crea un nuevo orden económico
El dinero sale de la Bolsa y se refugia en los contratos de futuros
El panorama se ha ensombrecido de repente, con los pinchazos inmobiliarios en España y EE UU y el sufrimiento de la banca por el efecto devastador de las hipotecas basura y la falta de liquidez. Todo apunta al agotamiento del ciclo más expansivo y duradero de las últimas décadas en las grandes economías. Pero en tiempos de turbulencias también hay ganadores, y en ese bando nadie brilla tanto como las materias primas.
El precio del cobre se ha cuadruplicado en cinco años. El del petróleo se ha triplicado, y los del oro y el zinc se han duplicado. El trigo y la soja se dispararon un 70% en 2007. Los futuros del crudo, la plata, el uranio, el maíz y muchos otros materiales están en máximos o cerca de ellos. "Y esto no ha hecho más que empezar", afirma desde Nueva York Juan Pablo Fuentes, analista de Moody's Economy.
Las materias primas viven un boom prácticamente ininterrumpido en la última década, que se ha acelerado aún más recientemente. Las razones son múltiples, pero un dato destaca sobre todos los demás: la población urbana mundial superará en 2008 a la de las zonas rurales por primera vez en la historia, según el FMI, por la escalada de las economías emergentes, con China -siempre China- a la cabeza. Las consecuencias de ese sorpasso son muy diversas, pero para empezar eso supone más hilos de cobre para la electricidad, más petróleo para el transporte, más comida para una población con mayor nivel de renta. En esa tesitura, los precios se disparan.
"Los riesgos de recesión en EE UU y de un aterrizaje brusco en Europa han puesto en guardia a las Bolsas, pero, al menos por ahora, apenas afectan a los mercados de materias primas", apunta Alfredo Pastor, del IESE. El cambio de ciclo tan sólo se ha dejado notar mínimamente en los metales.
La voracidad de las economías emergentes explica buena parte de la subida. La oferta no ha podido seguir el ritmo de una demanda desaforada y las cotizaciones lo notan: ésa es la ley del mercado. Hasta ahora, una recesión en Occidente frenaba los precios. Pero esta vez, ante la menor demanda de los países ricos, los emergentes toman el relevo y mantienen los precios elevados.
Cada chino consumía una media de 20 kilos anuales de carne en 1985; hoy esa cifra asciende a 50 kilos. La elevación del nivel de vida en China e India -miles de millones de habitantes incorporándose a la clase media- supone un cambio fenomenal, un nuevo orden económico. "Hay factores menos estructurales como las extremas sequías del año pasado en Australia o Europa, la debilidad del dólar o la irrupción de los biocarburantes. Un cambio de la coyuntura podría provocar una ligera corrección de precios, incluso este mismo año. Pero nunca hasta llegar a los niveles anteriores: se acabó la era de las materias primas baratas", sostiene José Luis Alzola, jefe de análisis de Citigroup en Londres.
El cobre y el zinc anticipan el pinchazo de la construcción
El fenomenal incremento del precio de las materias primas agrícolas es relativamente reciente. En el caso de los metales, dura ya casi 10 años y se ha dejado notar en las economías de los países productores, con mejoras notables en áreas como América Latina, por ejemplo. Pero desde mediados de 2007 las cotizaciones de algunos de los principales metales se han estabilizado o han caído ligeramente. "Metales como el zinc, el cobre o el aluminio funcionan casi como un indicador adelantado de lo que va a ocurrir con la economía mundial. Y en este caso, por su importancia para el sector de la construcción, han permitido anticipar el final de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos", asegura José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. "Quizá los metales no suban tanto este año, pero no van a bajar", pronostica.
Más y más subidas en 2008
El dólar, los movimientos especulativos, el empuje de las economías emergentes y la llegada de grandes inversores institucionales han sido elementos que han influido en el fenomenal rally de las materias primas en los últimos años. La irregularidad de las cosechas, la falta de inversiones en mercados como la energía, los conflictos geopolíticos: los economistas tienen un buen puñado de argumentos para explicar este fenómeno a posteriori, pero muchas menos certezas sobre la evolución futura de las commodities. Salvo una. "Ni los alimentos van a volver a estar baratos, ni probablemente los metales, ni mucho menos la energía. Con chinos e indios empeñados en alcanzar estándares de vida occidentales, los precios elevados están aquí para quedarse. Cuidado con la inflación", advierte Juan Pablo Fuentes, de Moody's Economy.
- Petróleo. El precio medio del crudo lleva seis años de subidas ininterrumpidas. "Lo más probable es que haya un séptimo año consecutivo", opina Alfredo Pastor, del IESE. La cotización del crudo sobrepasó el listón de los 100 dólares por barril en los primeros días de enero, y los traders ya apuestan incluso por los 200 dólares a través de contratos de opciones. Sin llegar a tanto, la mayoría de los expertos prevé que la cotización del Brent se mantenga por encima de los 80 dólares por barril ante la debilidad del dólar y las reticencias de la OPEP para elevar la producción. No son buenas noticias. Con esas cifras, el petróleo presiona con fuerza la inflación y dificulta las rebajas de los tipos de interés, la receta de la que suelen tirar los bancos centrales para evitar la recesión.
- Metales preciosos. Prácticamente todas las Bolsas del mundo han empezado al año con fuertes caídas. Los inversores buscan refugio en los metales preciosos: tanto el oro como la plata y el platino protagonizan fuertes subidas. Los analistas estiman que el oro podría superar incluso la barrera psicológica de los 1.000 dólares por onza en la segunda mitad del año.
- Otros metales. En el último trimestre de 2007 empezaron a bajar los precios del cobre, el zinc, el plomo y el níquel, ante el parón inmobiliario en EE UU. "Lo normal es que los precios no suban tanto en 2008, que se mantengan más estables, pero sin bajadas", afirma Fuentes.
- Agricultura. "Se acabó lo barato", titulaba The Economist respecto a la evolución de las materias primas agrícolas a finales de 2007. Los expertos auguran aún más subidas, tanto por el crecimiento de China como por el auge de los biocarburantes. "En términos reales, los precios agrícolas están aún muy, muy baratos", advierte Michael Lewis, de Deutsche Bank.
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